jueves, 31 de diciembre de 2009

Ajá...

¿Será un pecado escribir el día de hoy sobre cualquier tema menos sobre el que, por la fecha que corre encima de esta entrada, sería lo más obvio o, como mínimo, lo más esperado? ¿Tendré entonces pesadillas o el estigma de unos días si dejo pasar la oportunidad de hablar de un tema que puede ser tratado cualquier día de la vida pero que por alguna razón (que probablemente solo yo le estaría dando) tiene mayor validez un día como hoy? ¿Me condenará el micromundo en el que vivo si no hago uso de los sistemas estandarizados de felicitación por el aniversario de supervivencia en esta esfera inmunda?

Ah, ya no se. No me voy a joder más por este año.

domingo, 27 de diciembre de 2009

Viaje a los confines del Super Nintendo

Este miércoles 23 de diciembre que pasó, tuve la oportunidad, por coincidencias de la vida, de acompañar a un amigo en una búsqueda que nos llevaría años atrás y que me recordaría la huella que hace el tiempo en todo lo que poéticamente llamamos pasado. Estando en fechas decembrinas lo más lógico era subir como lo hace la mayoría de la gente en busca de regalos al centro de la ciudad. Allí el comercio para estas épocas es universal y si se busca con mente abierta y paciencia se puede conseguir regalos de todos los presupuestos. Sin embargo nuestra búsqueda se reducía a dos pequeños centros comerciales donde se concentra la totalidad del comercio del videojuego en la ciudad.

Esperando un encuentro sencillo con el pague y lleve nos sumergimos en el centro comercial san andrexitos, pero la sorpresa que nos llevaríamos, mas por nostálgicos, porque era de suponerse, nos entristecería a tal punto que recordaríamos las épocas en donde el furor del Super Nintendo se respiraba en todos los niños, y jóvenes de mi edad. Si, nuestra búsqueda era encontrar juegos de esta consola de infancia que en repetidas ocasiones nos permitió verbalizar la felicidad hecha diversión. Pero en esta ocasión la flamante Super Nintendo de sonrisas y esperanzas mías y de mi generación hace más de quince años, ahora solo provocaba en la gente miradas de extrañeza y sonrisas furtivas que nos iban diciendo sin respeto alguno por nuestros recuerdos: nooo, eso ya no existe, no mano eso es de los años de matusalén, eso ya no viene, hasta que un niño, con su aspecto sobrado mientras jugaba con un Xbox 360 nos dio el golpe de gracias, pero están como desactualizaditos, eso ya no viene ¡hace siglos! Ahí comprendimos que la búsqueda seria a muerte, tratando de rescatar los pocos fragmentos que pudiesen quedar de esa parte de nuestra infancia.

Después de más de cuarenta y cinco minutos de angustiosa búsqueda el balance no podía ser peor, de dos centros comerciales; uno de dos pisos y otros de tres, solo encontramos juegos en dos almacenes: uno en el taller de reparaciones de un ebrio mecánico que por las vísperas de la noche buena ya había empezado a tomar y que tenía dos casettes a medio servir, y que decía a todo pulmón eran sus herramientas de trabajo: con estos juegos pruebo los súper Nintendos que reparo. El otro lugar, un exclusivo almacén donde una muchacha morena, mal mirada y poco amable escondía un tesoro de los tiempos de piedra con más de 20 juegos que no pudimos comprar porque creyendo que aun alguien le comprará los juegos cada uno a 45 desprecia a los clientes que le explican que esta consola ya está en el olvido de muchos y en el recuerdo de algunos pocos.

Al final de nuestra corta, pero nostálgica expedición por los juegos del pasado en tiempos presentes, nos hicimos a uno de los dos viejos juegos del vendedor ebrio que a pesar de que con gusto nos vendió uno de sus casettes por quince mil pesos continuaba gritando: con estos juegos pruebo los súper Nintendos que reparo.

sábado, 26 de diciembre de 2009

Divagación sobre un video y una canción III

Ya lo había dicho antes: me gusta hacer segundas y terceras partes de las cosas. Y más cuando tengo la impresión de que mi caprichoso yo extraña hacer continuaciones de los temas que han sido gratos para su caprichosa existencia. Así que por ahora seré esclavo de las circunstancias y escribiré un poco, un poquito no más, como para quedar en paz con mis obsesiones.

De Corvus Corax supe hace unos años, en una de tantas búsquedas de no-se-qué cosas que nunca se me perdieron y que nunca encuentro, pero en las que de todos modos me llevo cosas para el deleite personal (en la mayoría de casos, valdría la pena aclarar). En un principio no me apetecía mucho su música, pues mi oído aún no se había atemperado a los extremos de la actualidad de esta entrada. Pero la vida en la atarraya se encarga de llevarnos de nuevo hacia lo que es bueno las veces que sean necesarias para que nos convenzamos de ello, y por ello hace poco re-descubrí los sabores medievales y frenéticos de estos germanos endiablados, y antes de que termine sobreadjetivando, diré que el reencuentro fue sabroso; pude ver con mayor claridad un sonido cargado de júbilo desordenado, concentrado en melodías enérgicas y de divertido misterio, que de alguna forma me hacen desear estar en algún loco recital protagonizado por ellos, borracho hasta las canillas, saltando en masa con personajes cercanos y lejanos, hipnotizados todos por gaitas, tambores y violas de rueda en las manos. ¡Qué fantástica orgía disfrutaríamos! Los tendré en cuenta si en algún momento futuro me da por concretar y limitar mis gustos musicales, momento que espero que no llegue jamás...

Soy consciente de que no he dicho todo lo que podría decir acerca de las impresiones e ideas emergentes tras escuchar y ver en una ventanita pixelada a estos monstruos. Es más, tengo la sensación de no haber dicho nada. Poco importa, e incluso me divierte la idea de no haber dicho nada en tantas líneas organizadas. Ya algún distraído sacará provecho de lo que he redactado. Eso sí, espero, que, como mínimo, más de un distraído encuentre en el pequeño rastro audiovisual que incluyo algo de lo que yo encontré en el mismo: ¡Ganas de empuñar las manos y gritar al ritmo del Saltarello en la sala o el estudio de la casa!

Sí, eso hice, y qué. Ahí les va, corderitos:


viernes, 25 de diciembre de 2009

Nostalgias 1.2

Ese gran impulso que ha tenido la industria de los videojuegos en los últimos años ha hecho que muchas personas de todas las edades deseen dentro de su sala una consola. Este eco ha llegado hasta los límites de mi existencia: padres de familia, amas de casa y compañeros en general me han expresado sus deseos de adquirir una consola de última generación (Xbox 360, PlayStation, Nintendo wii). Otros no me lo han contado sino mostrado, con invitaciones indirectas a jugar donde me hacen saber la nueva joya de la casa. Estas situaciones me han llevado a desear con muchas ganas hacerme a una de estas maravillas, pero sé, que esto sería un gran inconveniente para mis sueños, teniendo en cuenta el desordenado ritmo de vida que llevo y que por ahora no logro ordenar.

Mientras la vida transcurre cada vez más conectada a los mundos posibles ofrecidos por los videojuegos, yo los saludo de lejos, les doy la mano, les guiño el ojo, pero me despido de inmediato, no vaya a ser que me encante de nuevo con todas las posibilidades de la virtualidad y termine como en otras ocasiones, viviendo la vida de otros personajes atrapados en Megabytes, mientras el tiempo se encarga de llevarme a donde buenamente se le ocurra. Mejor no escribo más, solo hace que me ilusione mas con la idea y es mejor no tentar…

miércoles, 23 de diciembre de 2009

Autocensura

De pronto eso es lo que pasa. De pronto es ésa la razón de mi accidentado y dolorido ritmo de escritura. De pronto es ése el motivo de mi zozobra frente a la plantalla sin letras mías. De pronto, carajo.

Lo digo porque ahí está, fregándome las cosas y revoloteando impune dentro de mi cabeza,, como si el problema no fuera con esa cosa. Algunos la llaman "conciencia", haciendo referencia a esa voz interior, y mentalmente audible, no relacionada con asuntos esquizofrénicos, que cuestiona bajo una lupa ética (y un tanto moral) mis acciones, y las analiza conmigo en un diálogo con aires de monólogo... pero esa insistente voz mental que es mi conciencia no es la que me está jodiendo, no. Es otra cosa, otra presencia, más silenciosa, menos amable, influyente de alguna forma poderosa en mi pensar y actuar, y que me jode en el momento de hacer las entradas, y me hace borrar lo que ya tengo escrito, sin oportunidad de hacer pentimentos como en una pintura, porque nada queda debajo de nada aquí, y por eso lo borrado se me pierde casi que para siempre.

Y se que viene de mí. Y es que soy yo el que la alimenta. Y es que, más que una presencia, es una actitud, un hábito. El hábito de aplicar la autocensura sin treguas en mis palabras, de confrontarlas agresivamente y eliminarlas sin permitirles a veces que vieran la luz de papel o de cristal líquido. De desechar mis posibles temas de escritura por las razones más ambiguas, como si de un concurso televisado de preguntas y respuestas rápidas venido a menos se tratara. De alzar la bandera de la dificultad como señal de conquista foránea en mis propias tierras, que antes veía llenas de creativas oportunidades, y luego veo convertidas en tristes letargos.

No es un asunto trágico. No es algo que amerite perder la máscara de la cordura. Pero si resulta frustrante. Saber que en el espacio relleno entre mis orejas intentan aterrizar muchas ideas y ocurrencias, y que casi todas ellas se ven masacradas por mi desidia y mi impotente cohibición a escribir lo primero que se me ocurra sin tapujos (aspecto que casi que termina flotando en mi inconsciencia), es algo que me frustra.

Cada vez se me hace más difícil lidiar conmigo por esta autocensura, sobre todo porque hace que escribir entradas sea un ejercicio demorado y agotador, que me hace ver susceptible de caer en la desesperanza de borrarlo todo y dejar pasar los días en blanco. Por fortuna y alegría, o como mínimo a modo de consuelo de seres no tan tontos, La figura de la autocensura ha quedado en evidencia. Su escondite fue desintegrado, y ya no hay chance de escape o de consideraciones. La guerra íntima contra mí mismo puede ya empezar.

domingo, 20 de diciembre de 2009

Nostalgias 1

Casi desde que tengo uso de razón recuerdo haber jugado videojuegos. Todo empezó en una noche donde mientras mi familia salía a comer en un restaurante de la ciudad, yo me quedaba con mi tío probando la última y maravillosa consola del momento: el Nintendo, conocido por estos lados como “family”. Para ese entonces todavía se hablaba del terrible daño que ocasionaba la instalación de una consola en los televisores, por lo cual poco podía jugarla. Pero esa noche todo era magico,como todos iban a salían a comer los ánimos de la familia se encontraban elevados y logre el permiso para instalar el rectangular aparato blanco y disfrutar con su multitud de juegos incorporados. Esa noche se instalaron en mi mente personajes diversos y pintorescos, como un pequeño fontanero italiano y su hermano que comían hongos mientras limpiaban cañerías, un pequeño animalito (que en ese entonces tome como búho)que explotaba con enormes bolas negras todo a su paso mientras buscaba escapar de inmensos escenarios plagados de gelatinosos fantasmas amarillos, una extraña criatura que comía galletas mientras derrotaba fantasmas, pero esta vez de colores, en fin, un sin número de mundos se instalaron en mi cabeza para siempre, esos grandes personajes, que para entonces no se sospechaba, llegarían a ser insignias de grandes empresas a nivel mundial.

Hoy en día, el mundo ha acogido a los videojuegos con seriedad. La industria de los videojuegos se ha posicionada y ha llegado a ser la segunda más productiva del mundo después del cine, eso ha hecho que sea mucho más sencillo encontrar, dentro de los “electrodomésticos de la familia promedio ” una consola. Este es un momento en el que muchas personas han logrado entender que los videojuegos y con ello implícito el jugar, ya no sea exclusivo de los niños, como tantas veces no lo dijeron. Sin embargo la lucha por la inclusión del juego como parte del desarrollo holístico de las personas todavía continua.

viernes, 11 de diciembre de 2009

Unas palabras sueltas

Antes de escribir esta entrada, estuve pensando un poco en el tema de la misma, y gracias a ello pasé más de media hora mirando una pantalla y una pantalla de creación de entradas vacía. y fue entonces cuando me di cuenta de que, a pesar de llevar ya un buen par de meses de labores en este blog —que presumí aptos para conseguir la adaptación y el hábito de escribir con regularidad en un espacio visitable por cualquier ciberparroquiano—, aun siento esa presión, esa molestia extraña en el pecho, esa angustia que se parece a la que se vive en la espera, y que al parecer me ha acompañado, con irregular vehemencia, desde mi primera entrada, y que ha hecho de mi proceso de adaptación un sutil calvario. A pesar de esto, he de continuar, pues tengo un consuelo y un reto: mi consuelo es el hecho de saber que el acto de escribir no siempre me provoca sufrimientos, pues como mínimo percibo cierta satisfacción cuando veo mi entrada publicada, desprendida de mí después de darle clic al sólido botón naranja que conocen muchos blogueros; mi reto es publicar lo más pronto posible para no pagar el precio que supone pasarme del plazo impuesto por mi compañero de blog y yo (de este último detalle hablaré más adelante, lo prometo). Y desde ya esos dos elementos hacen emerger otras razones de peso que motivan mi atropellada pero luchadora perseverancia, como la adquisición de disciplina, el manejo del tiempo de dedicación a la escritura, el acto creativo que nace en la necesidad de reflexionar sobre cualquier tema, la posibilidad del jugueteo verbal y de experimentación que da un espacio libre como éste, la aparición repentina (aunque latente desde antes) de un tema del que puedo sacar mucho jugo (la intrusión de un yo o de un alterego inquisidor), la conciencia por saber que somos a la vez autores y editores de nuestro trabajo, y que de nosotros depende que las entradas vean la luz con decencia... entre otros detalles que representan ganancia de experiencia en el espinoso y genial oficio de la escritura.

La presión al escribir aun sigue, y probablemente seguirá por un buen tiempo (quiero desconocer los porqués). Digamos que, como mínimo, le hallé un poco más de sentido en el informal oficio de bloguear. Aguantaré la presión mientras me sea posible... y tal vez la domestique, o tal vez podamos convivir juntos de mejor manera, o... Tal vez simplemente siga yo con nuevas entradas., cada vez con más gusto y frecuencia, sin importar los para qués...

He aquí que ya dije lo que quise decir.

domingo, 6 de diciembre de 2009

Sobre In Treatment

Ya hace algún tiempo terminé de ver la primera temporada de una serie que realmente la ha sacado del estadio en cuanto a calidad y tensión. Es una serie norteamericana transmitida por el canal HBO llamada In Treatment (en tratamiento). Esta es la historia del terapeuta Paul Weston (Gabriel Byrne) quien a medida que trabaja en el proceso de cura de sus pacientes descubre como sus propios elementos psíquicos están fuera de control y lo llevan a buscar ayuda donde su antigua terapeuta y supervisora Gina Toll (Dianne Wiest).

Esta serie que quizá no sea para todo el mundo, debido a sus enormes exigencias durante los capítulos (sesiones de terapia), pues apuesta a la trama, el lenguaje corporal y el derroche de tensión y emociones más que a la acción y variedad en sus locaciones, es una serie de esas que me llevan por instantes a volver al mundo del control remoto y las horas frente al televisor.

Hace poco he logrado conseguir la siguiente temporada en donde Rodrigo García y los demás productores prometen mayor acción y drama que hacen de esta serie mi serie recomendada del momento, dentro del consultorio del Dr Weston confluyen historias, emociones, conflictos psíquicos y demás situaciones propias de la terapia real en donde como siempre el éxito de la terapia depende de los progresos que logre hacer el paciente sobre sus propias resistencias.

Por ahora solo quería compartir mi alegría de tener en mis manos (bueno, no literalmente) la siguiente temporada, que en un rato mismo empezare a ver. Por ahora los invito a que se hagan con esta autentica joya de la televisión y se pongan al día, que yo después les cuento como va esta segunda temporada donde según lo leído y averiguado la vida de este psicoanalista tomara rumbos definitivos.

viernes, 4 de diciembre de 2009

Me gusta/No me gusta IV

- No me gusta el fútbol —o como mínimo poco me interesa—, pero cuando me encuentro con que estoy viendo un partido, sin importar cuáles son los equipos en contienda, me gusta ver la manera en la que reaccionan los jugadores cuando anotan un gol. Me entretengo mucho cuando, por ejemplo, luego de soportar en la TV el lastre que significa para mí el desarrollo del partido en general, pillo el momento exacto en el que alguno de los ágiles futbolistas se aproxima al arco y dispara, y puedo apreciar luego la manera en la que casi de inmediato el alegre muchacho corre hacia uno de las dos esquinas de la cancha para sacudir la camiseta, saludar al emocional público, pegar brincos o volteretas, hacer bailes exóticos o lo que sea, y finalmente llegan los compañeros y se lanzan sobre él, en una fiesta espontánea y efímera, pero muy diciente de la expresión del fútbol… lo mejor es cuando presentan la repetición en cámara lenta y puedo apreciar, en minucioso detalle, el momento justo en el que el jugador se acaba de dar cuenta de su logro e inicia su celebración Si uno se fija puede ver reacciones muy sutiles en fracciones de segundos, que son como una mezcla extraña de sorpresa, incredulidad y estupefacción...

- Me gusta pasarme la mano derecha a la parte de atrás de mi cabeza, y juguetear luego con algún mechón de mi pelo. Por lo general es el mismo mechón el que busco para distraerme, mechón que luego de un tiempo se desliga de los demás y se para solo, como si estuviera buscándome, deseoso de mi mano. Puedo pasar horas completas enredándome el dedo índice en ese montón de cabello, frotándolo, dándole vueltas, doblándolo, volviéndolo una bola y pellizcándolo, para luego soltarlo y comenzar de nuevo... no sé, puede sonar erótico... y tal vez lo sea: tal vez eso explique lo mucho que disfruto jugar con mi cabello.


- No me gusta encontrar videos en Youtube de guitarristas pretenciosos, con sus cámaras en sus pequeñas habitaciones, sentados encima de sus camas, con ínfulas de genios de las cuerdas, mostrando el porqué son los "mejores guitarristas del mundo" sólo porque, al son de alguna pista muy básica de batería, teclado y bajo, probablemente grabada por ellos mismos, aporrean su pobre eléctrica (o acústica, en los casos más tristes), rápido, muy rápido, paseándose por los trastes de prisa, como si en un lapso muy pequeño de tiempo les fueran a quitar sus instrumentos y tuvieran por ello que adelantar escalas empalagosas, arpegios extravagantes y artificios varios. No niego que los fulanos tengan un dominio admirable de la guitarra, y no niego que la tocan muy bien, con buena rapidez, precisión y técnica; es solo que no siento que haya alma ni vida en sus interpretaciones, sean versiones de clásicos del rock, de bandas sonoras o incluso de música clásica en clave heavy metal (esas versiones son las más arrogantes) o melodías propias. Sólo mueven sus dedos memoriosos muy rápido, impresionando en el camino a miles de videovidentes, pero conmoviendo a muchos, muchos menos. Opino que muy pocos exponentes se salvan, como Andy McKee, Sungha Jung, DavidMeShow y un puñadito más que tocan no sólo con sus dedos y sus muñecas, sino con su espíritu (por más cursi que suene)... bueno, ese DavidMe podría bien encajar en la descripción que hice de los guitarristas que no me gusta ver en Youtube, pero es un payaso que causa gracia, y le respeto eso como mínimo.

domingo, 29 de noviembre de 2009

Jugamos como nunca y perdimos como siempre

Voy poco al estadio, lo confieso, y aunque me gusta estar al tanto de la actualidad deportiva de nuestro equipo el Deportes Tolima no soy un hincha; al menos en lo que la mayoría entiende como hincha, idas al estadio cada ocho días, pertenecer a una barra, ver los partidos por televisión, ya me entienden ese tipo de cosas. Sin embargo para la segunda fecha de los octogonales de la Mustang 2, decidí asistir al estadio y acompañar a Tolima en su choque contra el santa fe, equipo de la capital y viejo conocido del equipo “pijao” pues varios de sus integrantes fueron jugadores de nuestro equipo años atrás.

La ilusión estaba en las calles, miles de Ibaguereños se pusieron las camisetas del deportes Tolima y se agolparon en las afueras del estadio, unos a sentir la euforia del momento, otros a reunir plata para la boleta, como es habitual cada vez que el “vino tinto y oro” disputa la copa Mustang en casa.

-¿Si alcanza a entrar?
-De moneda a moneda se hace la boleta, todo bien mono, ¡contribuya!, -me dice un hincha que se encuentra en la labor de recolectar lo de su entrada.

A pesar de mi angustia y desespero por la tardanza que llevábamos, logramos conseguir lugar para sentarnos, pero la fila y la preocupación fueron grandes. La gente acudió masivamente al estadio y después de mucho tiempo el Manuel murillo toro consiguió una buena taquilla y el apoyo en masa de su equipo.

Adentro todo fue emoción, la gente vibraba con las jugadas del Deportes Tolima que no dejaba la pelota y dominó por completo el primer tiempo, Agustín Julio portero del equipo de visita y antiguo integrante del equipo tolimense fue abucheado y chiflado por la afición, pues como de costumbre hizo provecho de sus habilidades teatrales para enredar el partido y ganar un poco de tiempo, Tolima fue superior durante esta primera parte, a pesar de ello no tuvo suerte y la pelota no término dentro del arco en los primeros 45 minutos.

La segunda mitad fue bien ajustada, las jugadas Iban y venían hasta que llego el milagro, golllllllllllllllllll!! Se escucho por todas las tribunas que saboreaban el triunfo parcial del equipo, la euforia era tan fuerte que salte y grite con la hinchada el gol de nuestro equipo que se ponía adelante. La alegría no duro mucho, en pocos minutos, quizás tres, en mi cabeza, el Santa fe empato el marcador por medio de un penal que desesperadamente cedió Arrechea luego de perder la pelota en el área. Mientras los minutos pasaban la gente que se encontraba en la parte de arriba de la tribuna se entretenía, entre susto y susto, arrojando papelitos a los que estábamos más abajo. Los de abajo se desestresaban madreando a diestra y siniestra a propios y ajenos jugadores de la cancha.

Pronto la desilusión se hizo presente, luego de un tiro de esquina, el equipo visitante anotó en la portería rival, es decir en la nuestra y apago el estadio que vio como su equipo, de gran rendimiento en el torneo, clasificado varias fechas anteriores se hundió, como todos los años en las finales del torneo. No se sinceramente que pasa con el equipo que para fin de torneo declina y termina con todas las esperanzas de un pueblo. ¿Por qué siempre al final, después de brillar durante el torneo el Tolima se viene abajo y es eliminado? Esa respuesta se lo dejo a gente que sepa del futbol, yo por ahora llego a la siguiente conclusión: Creo que después de año y medio sin entrar a un estadio las cosas se ponen claras para mi cabeza; el futbol es un sufrimiento excesivo para mí y creo que presintiendo esto me defiendo de morir infartado en un estadio de futbol, seguiré dedicado a otros artes menos destructivos para mis nervios, eso sí, en ocasiones me contagiare de ese sentimiento maravilloso pero masoquista del que entra a los estadios, sabiendo que solamente un equipo de los dieciocho que juegan será campeón, eso indica que los otros 17 ...

domingo, 22 de noviembre de 2009

Me gusta/No me gusta III

Me gusta gritarle improperios y tonterías a las "chivas". Tal vez haga lo que viene a continuación movido por la esperanza de tener lectores de otros espacios y momentos de habla hispana, pero como la esperanza en este caso no incomoda, pasaré a un intento de explicar a qué se le llama "chiva" en Colombia, para que aquel hispanohablante o fanático del idioma castellano ajeno a estos modismos pueda hacerse a una idea. Con el sustantivo "chiva" nos referimos, principalmente, a tres cosas: a los mamíferos bóvidos de cuernos y barba que habitan colinas y balan por todo, al acto de copiar las respuestas de un incauto compañero en medio del examen (hacer "chiva"), y a los famosos y coloridos buses escalera que recorren los caminos colombianos y ecuatorianos, adaptados de forma artesanal para el transporte público rural, y últimamente adaptados para transporte turístico y recreativo. Es precisamente a estos vehículos turísticos a los que yo les grito las cosas más extrañas y estúpidas que se me puedan ocurrir cuando las veo pasar.

En la noche, sobre todo los fines de semana, se ha vuelto común ver buses de colores atiborrados de gente, errabundos, andando y parando sin descanso en muchos lugares, envueltos en un caos de música crossover y botellas de aguardiente que parecen tener la propiedad de la generación espontánea porque nunca las veo acabarse. Me divierte ver cómo la gente se esfuerza por divertirse permaneciendo varias horas de la noche dentro de un bus que vibra dantescamente al andar, ruidoso, incómodo y falto de espacio (donde no cabe ni el más pequeño sentido común), y me divierte más ver cómo los pasajeros, a pesar de tener apenas espacio para el oxígeno que malrespiran dentro de los armatostes festivos, tratan de bailar al son de lo que les pongan, sin que les importe el roce humano apabullante. Probablemente algunas personas tengan la ventaja de practicar el baile hacinado si están rodeados de bellos ejemplares del sexo opuesto, con los cuales el roce humano se hace, como mínimo, algo más (mucho más) que "tolerable"...

Por eso me gustan las chivas, porque cuando veo una Chiva y le grito cualquier borronada, la gente reacciona gritando con más ganas, y me disfruto mucho sabiéndome víctima de mis carcajadas, porque veo en las chivas un hermoso ejemplo de estupidez festiva: la oportunidad perfecta para apagar el cerebro. Y ahora que lo menciono, puedo decir también que me gustan las chivas.

domingo, 15 de noviembre de 2009

Respuesta de un aforismo a ¿seré un aforismo?

Solo un aforismo, de los mejores de nuestra raza, puede salvar a un perezoso hombre de letras de todas sus obligaciones literarias.

sábado, 14 de noviembre de 2009

¿Seré un aforismo?

Lo bueno de los Lunes Festivos es que nos hacen las semanas más cortas y menos miserables.

sábado, 7 de noviembre de 2009

Comentario sobre Inglourious Basterds

Actualmente se está proyectando en los cines de Colombia la última película de Quentin Tarantino titulada inglorious basterds. Para ser sincero no esperaba nada más que una película promedio de Tarantino, pero me ha sorprendido altamente. Tanto que me atrevería a decir que es una súper producción. Cuenta con diferentes elementos que realmente ayudan en su consolidación como película. En primer lugar el humor esta muy bien logrado, con guiños al espectador que aunque se salen de lo usual y se acercan más a lo caricaturesco (sello Tarantino) no es usado en exceso; evitando que el lector se sienta atiburrado. Por otro lado las actuaciones espectaculares de Brad Pitt (teniente Aldo Raine), Diane Kruger (Bridget Von Hammersmark), y sobre todo de Christoph Waltz (Standartenführer Hans Landa) realmente son de destacar. Christoph Waltz realmente merece un comentario aparte pues en su interpretación logra verosimilitud, humor, crueldad y manejo preciso del entorno y su manera de desenvolverse en cada contexto que habita. Por este papel obtuvo el premio a mejor actor en el festival de Cannes 2009, y la verdad no me extrañaría si es nominado al Oscar por esta actuación.

La película relata el lado B de la historia de la ocupación Nazi y su lucha, donde se pone de manifiesto que fuera de una forma u otra el imperio alemán estaba condenado a desaparecer. Tarantino parte de hechos reales, pero pronto se aventura a darle un fin trágico y esperado a través de los diferentes pasajes de la acción. Una ucronia que realmente no nos podemos perder.

sábado, 31 de octubre de 2009

Reflexión majadera acerca del quehacer del vago

Imagen que apoya el estereotipo del vago, como 
un pobre diablo acalorado, indiferente a todo 
y con rasquiña en las bolas 
Supongo que tener un blog implica perderle el miedo a temas que tal vez se hayan tratado entre las letras de muchos otros blogueros. O mas bien perder la vanidad derrotista de no abordar un tema solo porque no se es el primero. Nunca seremos los primeros en los temas, por más enrevesados que sean. Y saber eso nos golpea el ego. Además nunca seremos los únicos. Si hay millones de blogs regados por toda la atarraya, y si cada día aparecen más y más y más, lo más probable es que haya un montón de montones de personas que hayan tratado ya el tema que voy a tocar. ¿Qué se puede hacer al respecto? Pues atiborrar un poco más de temas abordados el ya atiborrado universo bloguero. Y no pensar demasiado en eso.

La mayoría de las veces trato de que mis entradas sean atemporales y que no toquen aspectos actuales de mi diario vivir, pues soy poco dado a escribir de tales bagatelas*. Pero hoy tuve ganas de comentar algo que posiblemente abarque mi actualidad durante mucho tiempo, y como la caza de temas que tengo que hacer antes de sentarme ante la pantalla a esgrimir la redacción de entradas cada vez va peor (aunque tal vez haya un tema que me pueda dar frutos durante mucho tiempo, sin la necesidad de otros), romperé hoy una regla implícita, que tal vez haya roto más de una vez sin darme cuenta, lo que poco me interesa averiguar a estas alturas.

Y es que en estos momentos puede decirse que soy un vago. Así de simple. Desde hace un par de meses, luego de que recibí mi incómodo cartón de graduado, y salvo dignas actividades de excepción, mi rutina se ha transmutado poco a poco —aunque sin mucha dificultad— en la del dichoso adjetivo. Y poco a poco, también, en mi casa mis superiores caseros se han ido percatando de mi nueva condición, con incómodas consecuencias; más adelante hablaré de ello. Por ahora, y para empezar, estuve pensando durante días en lo que significa ser vago, y en un gesto irónico para los de mi categoría, busqué primero información acerca de la palabra y su origen, para no quedar tan incompleto ni tan impotente frente al tema, aunque, a decir verdad, no me interesaba mucho. Lo que hace uno por rellenar líneas de texto...

En el (en ocasiones obtuso) diccionario de la RAE encontré varias definiciones, de las cuales, por joder, extraigo ésta:
  • adj. Holgazán, perezoso, poco trabajador. U. t. c. s.
Y bueno, sí, tal vez así sea en mi caso, qué sentido tiene negarlo. Sobre todo eso de poco trabajador; me detengo un momento aquí, en esta última característica, y pienso un poco, solo un poquito, que vale la pena... la palabra poco encierra una suposición de una cantidad pequeña de algo, y en este caso, haciendo evidente esa característica, recuerdo que he realizado unos cuantos trabajos desde mi grado, con pagas muy pequeñas, que no vale mencionar aquí. También puedo decir que dentro de eso que es poco, incluyo el hecho de estar buscando trabajo relacionado con mi carrera, claro está, solamente por aquello del valor agregado de que me pagarían por ese sacrificio tremendo que implica trabajar; debo decir, empero, que como todo buen lugar común viviente de la vagancia, el hecho de no ser llamado a entrevista por ninguna de las 28 empresas e instituciones a las que he enviado hoja de vida, no es, por sí solo, un inconveniente para mí. En lo absoluto, carajo.

También investigué un pequeño dato etimológico del curioso adjetivo, y encontré que vago viene del latín vagare, que hace referencia, en pocas palabras, a algo que anda errante, sin detenerse en ningún lugar, como dice en el diccionario de la RAE. Y entonces comencé a pensar si el origen de nuestra palabra protagonista también tiene que ver conmigo. No soy una persona que acostumbre salir con frecuencia de su casa; de hecho, disfruto mucho mi estancia en ella, incluso con los percances que aparecen en mi contra, posiblemente, pienso yo, por culpa de mi estado. Pero vi que esos mismos percances, que involucran a mis superiores caseros y que incluyen de éstos indirectas sobre mis costumbres de vigilia y sueño (posible tema para otra entrada o posible olvido, que se yo), reprimendas por mi presunta falta de voluntad para con los favores que ellos me piden muy a menudo y negativas a préstamos monetarios, impulsan ese deseo de errar, de vagar, de permanecer fuera de casa haciendo cualquier actividad típica de nosotros y nuestra perezosa naturaleza, con tal de no verme sometido bajo sus designios y peticiones, al menos no todo el tiempo, dada la imposibilidad de una sublevación completa. Y vi también que el hecho de deambular para escapar al ruido de los sermones también lo he hecho posible dentro de mi casa, cuando pienso en las largas horas de distracciones algo alienadas que me ha brindado la red de redes a través de una pantalla, un teclado y un ratón cada vez más desgastados, o en los deliciosos siglos de siestas excesivas, que mi cerebro ha gozado como si se tratara de un festín del reposo, o incluso en los no pocos momentos en los que mi mente comienza, ella sola, a divagar y a pasear por quién sabe dónde, mientras mi cuerpo está tumbado en mi cama, enterado apenas de lo que sucede...

Teniendo ya una pequeña aunque suficiente ampliación conceptual acerca de la vagancia, y como poco me interesa a estas alturas conocer datos de vagos ilustres, costumbres de vagos alrededor del mundo y cómo pertenecer a tan carismática cofradía, pensé luego en que, así como hay características comunes entre mi condición de vago y la de tantos otros que pululan en cualquier parte, debe haber características mías, aspectos personales de mi vivencia haragana que no comparto con nadie, en otras palabras, mi sello personal. Y pensé entonces en la conciencia plena que tengo de mi estatus de perezoso; que, sabiendo y teniendo de igual modo conciencia de que hay muchos vagos que con su inactividad hacen más daño del que podrían evitar haciendo algo, no por ello pienso dejar por mí mismo mi ociosidad, dejando el final a la emergente posibilidad de un trabajo inaplazable; que son muchas las cosas que puedo hacer mientras pueda fungir de vago —pues un buen vago es de todos modos un ser que actúa, así sea en actividades que impliquen un esfuerzo mínimo, una parsimonia en los movimientos y una obsesión por los oficios hedonistas—; en el orgullo que siento al saber que (casi) nada de lo que hago es productivo y que poco o ningún provecho económico se le podría sacar a eso; y que, entre otras cosas, ser vago para mí es relajarme frente al mundo, para poder hacerle saber que hay momentos en los que él me importa un condenado sabañón, y que, en ejercicio de mi libertad y para demostrarle mi postura, puedo realizar el simbólico acto de sentarme con saña en un sillón y mirar al techo blanco hasta quedarme dormido.

Es posible que todo lo que tomo por único de mi personalidad vaga no sea exclusivo de mi persona. De hecho, es posible que a pesar de mis esfuerzos, siga siendo yo un vago del montón. Y es posible aun que este hecho posible no sea posible sino que en realidad así sea. Ante esta amenazante (y redundante) posibilidad de un hecho posible, solo doy una respuesta, para luego irme: Si es así, pues ¡Qué pereza!, más bien no jodamos más y vámonos a dormir.

*Bagatelas... no se por qué dije esto. Ahora ya no lo siento así... muchas veces he perdido buenos momentos de escritura por no prestar atención a esas "bagatelas", que muchas veces esconden pistas que ayudan a comprender aspectos muy importantes de la vida, o que así no escondan nada son bellas y dignas de ser recuperadas y transformadas... debo ser menos testarudo y más... atento. (agregado el 05 de septiembre de 2013)

domingo, 25 de octubre de 2009

Ibagué viva

Veo con buenos ojos la ola inesperada de actividades culturales que se han realizado en la ciudad de Ibagué. Hace mucho tiempo (por no decir nunca) que no se llevaba a cabo una programación cultural tan rica y variada en un mismo mes. Debo decir que los habitantes de la ciudad tenemos que sentirnos agradecidos, pues solamente entre septiembre y octubre tuvimos: teatro, guitara clásica, cine, jazz y poesía. Es probable que no sea más que una casualidad de planeación o una conspiración artística dada al azar, por lo cual no sé si debamos ilusionarnos; pero de lo que si estoy seguro es que la gente en la ciudad ha empezado a darse cuenta que solo por medio de la gestión, de moverse de un lado para otro y de construir por su propia cuenta se puede obtener los resultados. Por lo general la gente espera a que las cosas se den solas o por ayudas mágicas del estado, sin embargo esto está cambiando; la gente empieza a entender que este es el último paso, previamente se deben desarrollar y soñar las propuestas, lo demás llegara por añadidura.

Ojala que entre todos los amantes del arte sigamos construyendo propuestas y lo más importante trabajando JUNTOS, pues la envidia que en ocasiones nos caracteriza solo produce que nos caigamos todos, que nos caigamos en un atraso cultural que nos ha costado bastante y que solo ahora, después de tanto años empieza a dejar ver sus primeros rayos de esperanza.

No solo el gobierno tiene la obligación con nosotros de proveernos actividades de desarrollo y enriquecimiento cultural, en estos tiempos donde no se puede esperar mucho al respecto es menester de los ciudadanos civiles apersonarse de la causa y brindar oportunidades culturales no solamente para sí, sino también para los demás interesados.

No siendo más por el momento brindo por la cultura y el despertar de muchos Ibaguereños que no solo crean espacios si no que los disfrutan y promueven, ¡salud!

Me gusta/No me gusta II

He aquí una nueva entrega de cosas que me agradan y me desagradan. La anterior entrega la consiguen aquí. Espero que no les importe ni les moleste el hecho de que poco me importará si encuentran este ejercicio pueril, cursilero y poco funcional, y si por el contrario lo hallan agradable y divertido, espero que sepan que, aunque halagado, tampoco me importará mucho. Vamos, es que hay que nivelar respuestas entre las reacciones de los que se atrevan a leernos, ¿No?, pues como quieran, jijunas.


- Nunca me ha gustado cuando la frente me pica y me dan esas ganas incómodas de rascarme. Haya calor o frío en el ambiente, parece que a la rasquiña no le importa, pues aparece y se mete entre las comisuras de mi frente en el momento que a ella le plazca; cuando eso pasa, tengo que ir al baño y lavarme la frente con mucho jabón, y a veces eso no es suficiente, y me irrito y me pongo de un humor pesado... hasta que se me pasa, ya muy tarde en la noche. Menuda porquería.

- Cuando era niño e íbamos a una finca, recuerdo que a veces nos poníamos a llenar un vaso de plástico con agua, lo introducíamos en el congelador y esperábamos a que el agua se congelara; luego nos gustaba agarrar el bloque de hielo que resultaba y quebrarlo contra una roca cercana, primero como un todo, y luego los fragmentos. Una delicia.

- También de niño (incluso en mi actualidad), en la misma finca, me gustaba coger las guayabas podridas o dañadas y lanzarlas con fuerza contra una roca o un tronco; ver cómo se aplastaban y estallaban era algo divertido, como pocas cosas en la vida.

- Una más de cuando era pequeño: cuando era la hora de dormir, me gustaba tragar un poco de la crema dental para niños que acostumbraban comprarnos... era una crema dulce, con chispitas brillantes y atractivas al paladar, y me dejaba una sensación muy fresca en la garganta. Dudo que, con una crema tan peligrosamente deliciosa, fuera yo el único que lo hiciera.

- Cuando era niño no me gustaba que, en épocas de calor, mi saliva adquiriera un sabor extraño, desagradable, como si fuera un indicio de que me fuera a enfermar próximamente. Ni escupiéndola ni tratando de disfrazar el sabor con gaseosa de naranja, la saliva dejaba de saberme mal, y solo luego de un par de horas se me quitaba, o tal vez lo olvidaba y no lo notaba más. Es una de esas sensaciones que no se pueden describir pero que no son, ni en lo más mínimo, placenteras.

- De niño tampoco me gustaba el tufo de aguardiente que se desprendía de la boca de mis familiares en época de fiestas decembrinas... realmente el tufo en sí no me desagrada, pero sí el de ellos específicamente. Nada personal; digamos que era un olor más fuerte, peor mezclado que otros, o tal vez las circunstancias que acompañaban esa percepción ayudaron a mi real desagrado, no se, no lo averiguaré.

- Y una última por hoy: de niño no me gustaba, y no me gusta hoy, dormir sabiendo que las puertas del armario (o del clóset, como se le llame en la región de la que cada quien sea oriundo) de mi habitación están abiertas. Siempre que voy a dormir debo cerrarlas, pues para agravar más las cosas mi armario está justo enfrente de mi cama, y ahora que son corredizas y hacen mucho ruido cuando las cierro, la experiencia de cerrarlas a las dos de la mañana es algo que poco recomendaría. Lo curioso es que tal manía solo ocurre en mi habitación, pues si me encuentro durmiendo en otro lugar, difícilmente me sentiré incómodo si veo que las puertas del armario quedaron abiertas. Ojalá siga siendo así, no quisiera extender mi incómodo asunto a otros rincones de la tierra...

Teatro orquesta

El arribo al teatro se hizo dentro de los estándares de puntualidad marcados en cualquier manual de urbanidad; Media hora antes. Sin embargo la fila ya hacia palidecer cualquier intento por ingresar temprano y tomar buenos puestos (adelante y en el centro). Por lo cual mis amigos y yo recurrimos a las estratagemas típicas de todo buen colombiano; pasearse por la extensa fila intentando hallar algún conocido que nos permitiera colar. En esta ocasión tuvimos éxito, no solo logramos entrar temprano, pues los organizadores se apiadaron debido a las gotas que caían y anunciaban el diluvio (que nunca llego)si no que tomamos buenos puestos(adelante y en el centro).

Adentro todo empezó con una advertencia de comportamiento que me hizo suponer que los días anteriores la gente no se había comportado del todo bien, el hombre que nos pidió compostura lamento que se hicieran cosas como risas desafortunadas, murmullos, sonidos de celulares y sonidos de las sillas que sonaban bruscamente cuando la gente se levantaba.

Luego del sincero discurso de aquel preocupado sujeto, el recinto quedo a oscuras y el colectivo de la universidad de Caldas inicio su montaje “la muchacha de los libros usados” donde todos pudimos ver la perdida de la inocencia femenina con ayuda de las fuerzas militares y la crudeza de los valores machistas cultivados en nuestra país, incluso en estos tiempo de seguridad democrática.

En medio de la función pude notar cómo se volvían hechos todas las advertencias escuchadas minutos antes por el presentador, las risas aisladas que rompían el silencio hicieron presencia, los diversos sonidos de celulares se les unieron, pronto también los ruidos de las sillas y por último las toces colectivas. Todo se torno una orquesta disonante que “animó”aun más la dramática obra, los shh no tardaron en aparecer y la velada estuvo terminada.

Aunque los fuertes aplausos y la ovación hacia los actores opacaron lo ocurrido, la pena ajena que tuvimos los que valoramos el silencio y el respeto, fue monumental, y me ronda la pregunta, que tan preparado esta el pueblo ibaguereño para el arte o mejor en este caso el teatro? Tanto que lo pedimos y sin embargo… Pocos de los menos insulsos mortales fueron, dicha y pesar.

viernes, 16 de octubre de 2009

Comentario (un tanto fallido) a la entrada 'Abulia bloggeriana'

Amigo Heroedeleyenda:

Una razón por la que adoro participar en Durazno Rojo (y por la que adoro los blogs en general, al menos los personales y los no oficiales) es la posibilidad de hacer digitalmente lo que nos venga en gana, teniendo en cuenta, para bien y para mal, que de todos modos siempre existirán tópicos que será preciso no tocar nunca (tópicos cuya mención de titulajes tampoco voy a hacer aquí, precisamente porque no quiero hacerla). Como el ser sapo dentro del blog no es uno de aquellos temas censurables, seré una especie de batracio en esta ocasión. Espero que no le moleste... bueno, a pesar de que no me importe mucho en estos momentos.

Ahí va el primer lol.

Ya llevamos un par de meses jodiendo con este blog. Y a pesar de que en el mundo de los blogs tal cantidad de tiempo no es nada -pero nada de nadita de nada-, percibo que hemos realizado más de lo que esperábamos. Veo en Durazno Rojo una de esas ideas que sí se vieron y se materializaron, que no se quedaron en nuestras cabezas, como sí ha pasado con muchas, muchas otras, condenadas a la flojera y al olvido luego de haber perdido la capa de brillo de la novedad. Eso ha sido bueno. Por eso no hemos de flojear, o hemos de hacerlo, teniendo en cuenta que hacerlo en demasía supondrá una descoyuntura de recursos que... uhmmm, mejor dejo esto para otro momento, tengo mucho sueño, lo admito. Disculpe por haber escrito algo que a la larga fue como decir nada. Pero tranquilo: espere, espere un par de entradas, y verá lo que es bueno, joven.

Aquí cabe un segundo lol.

miércoles, 14 de octubre de 2009

Abulia bloggeriana

Sin poder aun superar algunas cosas “nimias” de la actualidad nacional, como la derrota política de Carlos Gaviria y ahora la deportiva de nuestra selección de futbol. Estos últimos días ando divagando sobre la capacidad de asimilación, acomodación y ejecución de muchos Colombianos que no logran generar un análisis respecto a nuestros errores y sus posibles correcciones. Todo esto me llevó a reflexionar también sobre el papel que tiene o debería tener este blog en mi vida.

Hace poco he sido consciente que algunas de las últimas entradas que he subido han sido escritas sin mucho entusiasmo (excluyo pensamientos inconexos…), esto no quiere decir que no sean sinceras y reflejen parte de lo que es mi vida; solo quiero decir que no he puesto en ellas todo el entusiasmo con que inicie el blog junto a nuestro querido amigo frailejón desnudo (o como sea que esté ahora). No he gastado en estas entradas horas de revisión y de divagación como desearía. La verdad, en muchas ocasiones las diferentes obligaciones de adulto que debo asumir por raticos me abruman tanto, que me es imposible conservar en la cabeza la idea: bueno, me sentaré, ahora sí, con una deliciosa Coca-Cola, o quizás una copa de vino o un poco de mate, y escribiré la entrada de esta semana para el blog, no eso no pasa; la cosa transcurre más como por este estilo: juemadre tengo plazo hasta mañana para escribir la entrada, que escribo? Mnn bueno podría ser sobre esto, ooo sobre esto, bueno listo me sentare a escribir… qué hora es???, uyy me cogió la tarde debo trabajar mejor la escribo mañana.

En realidad la vida de los que tenemos que trabajar para poder funcionar en el sistema es de mucha angustia, o no, mejor dicho hablo por mí mismo, esta vida de trabajo duro y bien intencionado me impide contar con la tranquilidad que necesito para poder escribir con toda la disposición que deseo.

Espero que los tres queridos seguidores del blog, o alguno que otro lector secreto tengan un poco de paciencia conmigo y mis desesperos, yo tratare de tomar con calma mis preocupaciones sobre el asunto y como no existen formulas mágicas… amanecerá y veremos, eso sí, espero que no me pase lo que le pasó al ciego…

domingo, 11 de octubre de 2009

Me gusta/No me gusta I

Hace poco vimos con mi hermano un cortometraje del director de Amélie. La idea del corto es deliciosa: un personaje nos cuenta algunas de las cosas que le gustan y le disgustan, desde las más triviales hasta algunas un tanto más trascendentales y medio mamertas; lo más interesante es que todo esto va aderezado con imágenes muy creativas que retratan estos gustos y disgustos. No tengo muchos ánimos de comentar más elementos del film aparte de que me ha dejado una buena idea, así que dejo aquí Foutaises para aquel que quiera verla.

Ejem...

No es necesario ser un genio laureado para darse cuenta de que en este párrafo quiero hablar, precisamente, de la idea que me dejó
Foutaises, y de que esa intención se deja ver al final del párrafo que acabamos de dejar... En fin, se que no es nada, nada, pero Nada original, pero mi idea consiste en mencionar en esta entrada (y en otras) cosas que me gusten y que no me gusten, las que más pueda, con un breve porqué de cada una, y listo. No espero encontrar a quien le importe saber cosas nimias de mi vida, pero puede ser para mí un buen ejercicio. Solo un breve cambio: solo haré mención de aspectos triviales, tontos y extravagantes, es decir, aspectos que valen la pena en la vida... Sin más demoras, comienzo.

- Me gusta
tener las manos limpias y con buen olor, y me gusta más cuando las uñas se sienten tan suaves que las froto contra mi labio inferior. Ahh, es tan suave...

- Cuando mis orejas están calientes,
Me gusta usar un vaso con algún líquido frío para ponerlo sobre cada una y así sentir un alivio bendito...

- No me gusta
el olor de mis manos después de haberme agarrado de un pasamanos de hierro. El olor puede perdurar horas si no me lavo a conciencia las manos...

- Tampoco me gusta cuando escribo en el teclado y oprimo la tecla "ñ" en vez de la de tilde... ¿Televisiñon? ¿Barrabñas? Odio tener que devolverme y corregir tan tonto error...

- Me gusta
el olor de las revistas nuevas... cada vez que me llega El Malpensante discuto con mi hermano por el honor de quitarle el plástico protector y olfatearla primero, y como si de un canuto se tratara, nos vamos pasando la revista en turnos, cambiando las hojas en busca de la extraña y escasa fragancia, hasta que el olor a nuevo se acaba.

- No me gusta cuando hace calor y me suda la parte donde se une el brazo con el antebrazo (y no es el codo, es lo que está al otro lado del codo). Siento el sudor que se pega, y hago ciertas muecas cuando seco con los dedos aquellas zonas. No es algo asqueroso, pero sí muy incómodo...

- Me gusta estar escuchando alguna pista en algún reproductor de Mp3 en una ruta de bus, y que ésta se termine justo cuando llego a mi destino y me voy bajando. El júbilo es mayor si el final coincide con la llegada de mis pies al suelo y soy consciente de ello...

- Me gusta hacer segundas y terceras partes de las cosas, como con esta entrada.

En entradas siguientes pensaré en más gustos y disgustos.

domingo, 4 de octubre de 2009

Pensamientos conexos e inconexos sobre una entrega de con-fabulación

Sin reponerme del todo del fuerte golpe ocasionado por el propio pueblo Colombiano a sus intereses en las consultas del oscuro 27 de septiembre pasado, decidí buscar un poco de cultura en el último número del siempre interesante periódico virtual Con-fabulación. Su primera entrada, llamada la dictadura de la democracia, era una dura crítica al pueblo Colombiano sobre su poca capacidad para percibir sus errores cometidos en el pasado y su ingenuidad para seguir haciéndolos en el futuro, entendí que no podía callar mi opinión sobre el tema y decidí escribirla. Un pueblo manchado por la corrupción las injusticias y las venias del gobierno a golpes contra sus propios ciudadanos es santificado y acompañado por el vulgo hasta las últimas inconsecuencias.

Los resultados obtenidos en las consultas internas dejan claramente un absoluto ganador y un definitivo perdedor. Por un lado, el gran ganador de las pobres votaciones fue el gobierno y su chequito de “nobles” que sepultaron cualquier posibilidad de que la democracia se haga presente en un pueblo manchado de sangre por las guerrillas, por los ciudadanos y por el mismo gobierno. El gran perdedor, el pueblo que cegado por su ignorancia y poca capacidad de ver más allá de los ladrillos y mercados destinó más de lo mismo por lo menos durante los próximos ocho años.

Mientras los grandes emporios nacionales debaten que candidato será el que apoyaran (a pesar de que todos los partidos defienden el “mismo” plan de gobierno pero no quien será cabeza), el pueblo incentivado por los medios de comunicación manipulados por las elites, critica y desprestigia a artistas como la cubana Tania Bruguera que con su performance expuesto en la Universidad Nacional en donde rotó líneas de cocaína por el auditorio; puso frente al país la realidad que escuchamos a diario en las noticias, pero que cuando se trata de tener en las narices todos ignoramos. Con su "arte de conducta", la cubana Bruguera prueba que la legalización dejaría en manos de cada quien la responsabilidad de consumir o no, como ocurre con el alcohol, que es un elixir tan peligroso como la cocaína, el cigarrillo, los autos de lujo y otras drogas legalizadas por las multinacionales. Escribe Eduardo García Aguilar en su artículo de Con-fabulación.

Esperaremos las decisiones de unos pocos, que acatarán muchos y nos afectarán a todos.

domingo, 27 de septiembre de 2009

Divagación sobre un video y una canción II

Ozric Tentacles in Zagreb 40Imagen por Goran Zec desde Flickr

No se porqué, pero hay algo en la música de estos hippies espaciales que siempre sentí familiar, como si hubiera conocido a los Ozrics no hace 4 años sino mucho antes, en algún momento de y lugar de mi niñez, de esa época llena de recuerdos nublados, festivos, mezclados entre sí... Me pongo a pensar en cómo habría sido ese primer encuentro, y pienso un rato en ello (a merced del estado de vagancia en el que ando inmerso estos dias)... Tal vez habría sido en alguna de nuestras salidas al Parque Deportivo los domingos en la tarde, a mediados de esos desagradecidos '90s, o tal vez en alguna parte de esta ciudad, no se... mis oídos habrían captado alguna melodía orgánica y psicodélica que no pudieron identificar, pero sí asimilar, imagino yo, y esa huella sonora habría quedado guardada aquí adentro, esperando un re-descubrimiento, una revelación de lo experimentado, revelación que un buen dia se habría dado muchos años después, dentro de una emisora para internet via iTunes que ya no recuerdo. Y ya luego de ese momento mi gusto por la escena psicodélica/espacial/hippie/folkie/chévere florecería y comenzaría a escuchar y a enriquecer mis placeres auditivos...

...O no, sencillamente eso tal vez no ocurrió, y todo me lo he imaginado, y tan solo tengo recuerdos de pequeños sonidos paralelos, afines a la atmósfera ozrica pero sin la presencia de la banda inglesa en ellos. Y es que es muy difícil que en este condenado pueblo querido la gente haya escuchado a Ozric Tentacles antes del nuevo milenio. No lo digo porque piense que en este trozo olvidado de patria la buena música sea algo que casi no se vea (bueno, en parte sí pienso eso, pero no aplica para mi explicación)... digamos que hay ciertas bandas cuyo nivel de undergroundidad son incuestionables, y bueno... ya no importa mucho esto. Sencillamente pudo o no haber pasado, y qué. No puedo desandar mis pasos en el tiempo y averiguar si algún hijuemadre tenía algun cedé o casé que me abriera los oidos en el '93 o el '94 o qué se yo que años... quizá nunca pueda yo explicar porqué hay ciertas músicas que me abrigan con su familiaridad, con la sensación a deja vu incomprensible que me queda cuando las escucho... tal vez sea algo del inconsciente colectivo, tal vez sea mi propia, ecléctica y muy atípica experiencia. No quiero joderme más con ese tema, por ahora.

Ah, sobre el video. En realidad Vita Boom no está dentro de mis melodías favoritas de estos hippies graciosos (solo hay que mirar la parte en la que entrevistan a Ed y a Champignon), pero el hecho de ser material grabado precisamente en los noventas y el ambiente que puede respirarse con solo estar sentado viendo el video, con las luces, John Egan bailando y haciendo lo que le da la gana, y las buenas notas, riffs y delicias lisérgicas hacen que valga la pena verlo. Ahí lo dejo. Y los dejo, seguidores del blog (van tres seguidores apenas y la cifra ya me parece avasalladora), con lo que pude hacer de entrada. Perdonen las fruslerías.


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miércoles, 23 de septiembre de 2009

La decepción del crecer

La semana que paso tuve la posibilidad de conocer la historia de una persona cercana a mí, quien se sentía bastante "deprimida" en sus propias palabras, y que yo preferiré tomar como melancolía o decepción para ser más exactos, porque su hermana de 16 años “hermanita” para el aun, va muy enserio en una relación de pareja que sostiene hace un par de meses y ha decidido perder su virginidad con este novio. Este joven a quien llamare hombre x, se siente abrumado y decepcionado porque inconscientemente sabe, o al menos lo sospecha dejara de ser el único modelo de hombre a seguir (a causa de la ausencia del padre) para su hermana quien lo ama, respeta e imita en muchas cosas.

Siendo de mi conocimiento la enorme admiración y respeto que tiene el hombre x por la música, especialmente de los 80s, recordé la canción de Night Ranger llamada Sister Christian; escrita por uno de los integrantes del grupo cuando al igual que el hombre x se dio cuenta que su hermana ya no era una niña y que debía entender que era deseada, pronto seria tocada por otros, ilusionada por otros y porque no decirlo, lastimada por otros. Este artista decide sacar sus emociones a flote por medio de esta canción que por supuesto compartí con él y ahora comparto con todos ustedes.

Espero sea de su agrado.


sábado, 19 de septiembre de 2009

Divagación bovina

Vaca... Vaca... Rarara... na  - Cow Parade Cos...Imagen por mdverde via Flickr

A continuación pueden encontrar un pequeñ0 escrito sobre nuestras queridas primas mamíferas, iniciado en el 2007 y teminado y someramente corregido hoy. Ojalá lo encuentren "pastoso".

Ah, qué montón de vacas tenemos aquí... rumiando cada segundo que pasa, pastando en un sitio y en otro... sin la menor verguenza, sin el menor pudor, ¿Para qué? No importa; lo único que importa es seguir rumiando y pastando, y si la gente (o incluso algún distraído ente) te ve, que se una a la causa. Hay pasto para todos y cada uno., lo juro. Incluso un poquito de materia verde alcanza, se le podrá masticar y echar baba sobre él mientras para que se forme una bola con el pasto, para luego deshacerla con los dientes y las muelas y todo eso, y después se pueda volver a hacer la bola porque el pasto es muy versátil y hay mucha baba todavía... Es lo único que tienen en esa jeta inmunda que vale la pena: baba, saliva, secreción oral o como sea que se le pueda llamar a esa cosa asquerosa que sale de sus hocicos, poco agraciados pero resistentes., iluminados. Es algo bello. realmente me parece bella esta imagen: un potrero con un montón de vaquitas, pensando en quién sabe qué cosa, mientras
rumian, mientras mastican su alimento verdecito y delicioso (o alguna guayaba que tenga la mala suerte de caer por ahí, al alcance de la jeta de alguna de ésas babosas), antes de pasarlo a la panza, el bonete, el librillo y el cuajar, nombres asquerosos para tan bonitos aparatos de digestión, y luego de ahí a la cola, llena de moscas y de restos de mosca, que mueren a cada coletazo de 150 kph que lanza la vaca hacia el resto de su inmenso trasero. Todo está hecho a la medida, de manera que la vaca no pueda quejarse de que le va mal, porque es todo lo contrario, porque lleva una vida de reyes, una vida muy calmada, sólo rumiar y pastar y botar lo masticado por la via de la cola que asesina moscas como una poseída. Simplemente una vida de lujo. Bueno, hasta que llega la hora de ir al sitio que Troy McClure llama con bucólica ironía la Universidad Bovina. Y ahí acaba la vida de lujo... ¿Pero acaso tenían una vida de lujo antes de que las desgraciadas se "graduaran" y fueran a parar a las más grasientas hamburgueserías, donde un montón de muelas amarillas y bacterianas se encargarían de su futuro? Bah, no lo creo. eso de estar todo el día masticando pasto y matando moscas con el rabo no puede ser vida. Caray, esto apesta, y no precisamente a mierda de vaca... los seres humanos merecemos más que eso. No podemos pasarnos nuestra "valiosa" vida mascando pasto. Para eso tenemos los chicles. Recordamos de forma cómoda nuestros antepasados mamíferos durante media hora y luego escupimos la masa. Práctico, ¿No?

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domingo, 13 de septiembre de 2009

Blogs recomendados para lectores y escritores

Hace algunos meses descubrí que en La Argentina existen diferentes comunidades, en las que personas de toda Latinoamérica se reúnen para conversar, criticar y alabar todo tipo de materiales artísticos, creados por miembros de la misma comunidad virtual o por escritores de renombre. Los trabajos artísticos que se encuentran allí son muy variados (literatura, música, cine, fotografía, plástica, filosofía, ciencia). Además de todo esto, los blogs cuentan con espacios en donde se puede hacer parte, en el caso de Las Letras del Mal, de grupos como por ejemplo La fumada del día, grupo que se dedica a escribir, como dice la página: “Inspiraciones instantáneas. Iluminaciones súbitas. Visiones mesiáticas. Cosas que se os ocurran automáticamente. Descargas de cerebro... ¡Anímense a improvisar! ¡Ideas paranoicocríticas! ¡Animaladas! ¡Combustiones espontáneas!”

Estos lugares también prestan ayudas importantes para todas las personas que desean ingresar al mundo de las letras, ya sea como lectores o como escritores; una de ellas es la biblioteca virtual, en donde cualquier integrante del portal puede publicitar sus libros, hacer una reseña y darse a conocer a los demás. La otra posibilidad es la de publicar nuestras novelas o libros en el grupo de la comunidad en Facebook, para que allí (por supuesto después de un trabajo destructivo de corrección en la comunidad) las personas puedan comprar nuestros trabajos de manera que sean conocidos por personas de todo el mundo.

En fin hay muchas cosas más para explorar, ustedes mismos se sorprenderán de las cosas y posibilidades que ofrecen, eso sí tengan cuidado “algunos blogs” no son tan libres como afirman serlo, los pueden vetar.

Los dos mas conocidos son:

martes, 8 de septiembre de 2009

Divagación sobre un video y una canción I

Escribo estas enjutas líneas mientras escucho Le Tour de Pise, de un extraño franchute llamado Jean Francois Coen. Y aunque mi dominio del francés es equivalente a la nulidad, los acordes de guitarra que se esparcen a lo largo de la pista me confieren la sensación de estar dentro de un frasco de nostalgia, con unas gotas de melancolía mezclada. Podrá ser esta una sensación ligada al adverso mundo de los lugares comunes, pero es esa imagen la que me queda al pensar y pensar en la canción, que a estas alturas estoy escuchando por quinta o sexta vez. Y me gusta esa imagen, y estoy cómodo con ella. Y de algún modo esa visión personal no desencaja con la del video, claro, si uso la imaginación: puedo estar dentro de mi frasco con un proyector, viendo como se unen sílabas de la canción que el director Michel Gondry halló en muchos lugares, solas, tímidas, ocupadas en lo suyo, pero dispuestas a darse un nuevo significado.

Comparto ahora el video que inspiró esta diminuta divagación, mientras sigo en mi frasquito, saboreando el bello cuerpo de la melodía de esta obrilla francescoidea... y mientras me esfuerzo por ejercitar más la escribitura...



miércoles, 2 de septiembre de 2009

La máquina de follar de Bukowski: Apuestas, tragos y polvos.

El fenómeno Bukowski tomó rápidamente fuerza entre los jóvenes norteamericanos y del mundo. Su literatura accesible al público, aparentemente descuidada y de fuerte contenido profano, logró calar fácilmente dentro del imaginario de nuestra sociedad contemporánea, que abiertamente o en secreto anhela muchas de sus actitudes lanzadas al goce del cuerpo sobre la moral. Sin embargo, la fascinación de sus personajes, su lenguaje y sus repetidas conductas terminan por ser un poco molestas para quien no guste “más de lo mismo”, cosa que ocurre en la máquina de follar (en el cual me baso para escribir esta entrada), en donde cuentos cargados de decadencia, desenfreno y en algunos casos aversión -como puede encontrarse en cuentos como tres mujeres, el malvado, animales hasta en la sopa, un hombre célebre y el cuento homónimo la máquina de follar- se mezclan con intentos fallidos de injertos entre cuento y ensayo, experimentos fallidos que solo producen aburrimiento y decepción, como notas sobre la peste y un mal viaje.

En conclusión, el último escritor maldito de Norteamérica hace méritos suficientes para ser leído y estar dentro de los grandes del realismo sucio. Sin embargo, su estilo literario cargado de estereotipos (apuestas, borrachos, actos sexuales y decadencia), puede llegar a ser cansón para quienes busquen en cada historia un mundo distinto después de algunos cuentos. De todos modos la apuesta está sobre la mesa; quien quiera leer algo diferente, poco pesado y con altas dosis de decadencia que lo tome, lo lea y nos escriba su opinión.

martes, 25 de agosto de 2009

Una imagen para el blog

Esta matica que están viendo ustedes tiene apenas un mes y algunos días de más, y ya se le comienza a ver el tallo palabrero más fornidito y algunos brotes de entraditas de los dos lados, y sí, ya hay fruticos, minúsculos porque son párrafos bebés, pero ya con algo de sabor de dúo. Qué bien, carajo, esa es la idea: tener paciencia de jardinero para con el íntimo y público oficio de bloguear. Y como la cosa es por turnos, pues hay más gusto y reto; el porqué lo podremos explicar después, por ahora la cuestión es alimentarnos el interés para no dejar morir esta plantita de blog, ya veremos los progresos.

Bueno, ahora sí, lo que quiero contar. Resulta que me puse a mirar el blog desde el punto de vista de quien nos puede estar leyendo (que ya veo que son, por ahora, dos lectores aparte de los creadores), y vi que, sin que ese lector lo pidiese, pero suponiendo que podría pensarlo, hacia falta un elemento que haría su llegada a nuestro trozo de atarraya algo más familiar, pues dicho sea de paso, la plantilla usada para este blog es, lo confesamos -aunque es posible que sea algo evidente-, una fría plantilla genérica. No es que sea motivo de vergüenza general, pero casi., así que se hace necesario hacer cambios en la parte visual del blog, pues una casa honestamente amoblada se vuelve acogedora, tanto para los que leen como para los que escriben. El tiempo que tenemos para meterle la ficha a este asunto es, empero, un tiempo escaso, en parte malgastado y en parte perdido entre los múltiples compromisos que salen espontáneamente en la vida diaria. De todos modos siempre se puede hacer algo con la parte del blog que más se ve a primera vista, la cabecera, que le de un toque cada vez más personal, más agradable si se puede. Con esta razón tuve suficiente como para dedicarle un mínimo de tiempo a hacerle la cabecera al blog, que, espero, sea del agrado de los visitantes futuros, de los actuales y de mi compañero de frutas verbales. En especial espero que éste último me de una opinión reguladora, aprobatoria o reprobatoria de mi edición. Y bueno, mientras leo opiniones de heroedeleyenda y de quien quiera opinar acerca de la imagen, ya podemos decir que el blog tiene cara, y que va a durar su propio tiempo. Qué bonito tener un blog que se ocupa tan bien de sí mismo y de nada más, carajo.

Aquí dejo, como archivo necesario y previsión de un futuro lleno de cambios, la cabecera añadida al blog:


Gracias a mi hermano por dejarme usar y modificar la fotografía tomada por su persona. Grande sos, loco jijuemadre.

viernes, 21 de agosto de 2009

Santa Marta, el paraiso de OTROS

Santa Marta es el anhelo de miles de colombianos. Todos los esfuerzos y sacrificios del año se resumen en ahorro para visitar esta histórica ciudad, en la cual murió nuestro libertador Simón Bolívar. Playas, lindas mujeres y basura... los esperan.

Mientras los turistas extranjeros se preparan para visitar Cartagena, ciudad a la que le apuesta el gobierno con respecto a turismo internacional, la mayoría de los Colombianos preparamos el paseo a Santa Marta con estación de uno, máximo dos días, por La Heroica, para ver qué es lo que hay allí y porqué se habla tanto de la ciudad amurallada. Luego, de regreso, a Santa Marta.

Las tardes en Santa Marta siempre se caracterizan por el sol, la playa y el estruendo del turista que, contagiado del sonido del MAR, desata sus emociones para llevar en sus recuerdos el mágico lugar. Por las noches desde temprano las familias se reúnen en la arena, y a son de vallenato bailan los éxitos del pasado y del presente, se emborrachan y, lo más sorprendente, se “cagan” las playas. Los Samarios llaman a los barranquilleros cagaplayas, pues los fines de semana alistan lo que nosotros en el interior llamamos paseo de olla, pero para el MAR, y al final del día dejan las playas de Santa Marta hechas un basurero.




¿Pero acaso los cagaplayas serán sólo los Barranquilleros? ¿O serán todos los colombianos, que teniendo algunas de las mejores playas del mundo las seguimos contaminando, dando la imagen que tengo y que tienen de la mayoría de nosotros, un pueblo cochino, sucio, que por pereza bota la basura donde sea, que porque yo pago servicios entonces otro la recogerá. Nosotros los colombianos estamos acostumbrados ya tanto a la basura, que olvidamos que vivimos en un chiquero construido por nosotros mismos.

Al amanecer lo compruebo. Salgo ilusionado de mi casa a ver el amanecer en la playa, regreso desilusionado; la playa en la madrugada es un inmenso basurero, creado por un pueblo que aspira a progresar, sin darse cuenta que cada día esta más en "embasurado".

viernes, 14 de agosto de 2009

Cuarta entrada del Desnudo: No más títulos con enumeraciones ordinales/Quejas incisivas por no encontrar tema

It's Hot, in Nothing, ArizonaImagen por cobalt123 via Flickr

A excepción visible de esta entrada, decidí no hacer más títulos que incluyan enumeraciones ordinales. Las razones, aunque no muy claras, las encuentro en el hastío casi absoluto de tener que iniciar una y otra vez con la misma retahila uniformada. No es que deteste la rutina; de hecho disfruto repetir ciertas cosas, porque me gusta el placer de la repetición, de poder disfrutar una y otra vez, casi de forma neurótica, cuando lo que hago me gusta. Sencillamente esta era una rutina que no quería continuar, que ya me tenía cansado, impotente y atascado. Paso cerrado.

Ahora entro a otro punto. Tengo la impresión de que cada día que pasa la posibilidad de un tema se va volviendo en un asunto más fangoso, más difícil de conseguir. Es como si fuera un artículo agotado, sin stock en ninguna parte, todo agotado, todo, carajo. Y cada vez será más complicado. Las ideas se burlan de mí, me tratan como a un potencial mago psicótico. Me llenan de esperanzas con muchas opciones de contenidos, tan variados como los pliegues de mi incierto cerebro. Y cuando quiero atrapar una, simplemente se largan, dejando una que otra huella de excremento, de cagarrutas cognitivos, de los que poco o nada puedo sacar (vamos, que es apenas lógico que no se pueda sacar ni mierda de un trozo de mierda). El único tema me queda es el de la imposibilidad de tener, en algún momento de la vida mía, un tema para escribir. Me imagino que tendré que quedarme siempre en el umbral de la puerta, sin ser invitado a pasar aún, y describir algo de lo que sucede allí. Así tenga ganas de pasar al otro lado, para que posiblemente no encuentre nada, y me de cuenta tarde de las ventajas de no entrar nunca, o hacerlo tarde...

Ahora un último punto apartado. Veo que de nuevo estoy metido con pensamientos circulares. Y con divagaciones aptas para un blog todavía desconocido. Carajo... Eso puede servir. Eso puede servir... Eso puede. ¡Puede! ¿Puede? ¿Podré? Estoy cansado, no me pidan frutos maduros por ahora, no me jodan.
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domingo, 9 de agosto de 2009

El libro y su expiración evitable

La literatura como opción de entretenimiento y aprendizaje cada día esta mas en crisis, no porque haya, como muchos lo afirman, una escasez de buenos escritores contemporáneos; es solo que en un mundo cada día mas visual y globalizado, los formatos que requieren pensamiento, reflexión y, sobre todo, concentración e imaginación, se hacen difíciles e impensados para jóvenes que han sido acostumbrados a aprenderlo todo por medio de documentales, programas de televisión y computador.  Estos inconvenientes, bastante preocupantes a mi parecer, hacen respetar a escritores como J.K. Rowling, que no escribiendo mal, pero eso si NADA espectacular (hay cientos de escritores mejor que ella) logra que se haga el milagro: millones de niños, niñas y jóvenes alrededor del mundo leyendo libros de cuatrocientos y quinientos paginas, y lo que es más sorprendente aún, seguidores del mago de Hogwarts esperando ansiosos por largo tiempo las siguientes entregas, que entre más cerca están del final más largas se vuelven, entre SEISCIENTAS Y OCHOCIENTAS PAGINAS. Absolutamente abrumador si tenemos en cuenta que gran parte del público de la saga está entre los 10 y 18 años de edad.

Es de admirar y respetar al libro, nuestro querido amigo ya anciano, que se resiste a morir, a expirar. En mi caso particular, desde que lo descubrí, me cuesta pasar tiempo sin la compañía de un libro(aunque admito ,que con frecuencia, le soy infiel con las nuevas narrativas).

 A pesar de los grandes avances en la tecnología y los varios intentos por derrotar al mercado del libro de papel, hasta el momento no se ha conseguido imitar el olor de las paginas, la portabilidad del libro y la facilidad de leer sin agotar tanto los ojos por la luz de los reproductores.

La permanencia del libro continua. No sé si por poco tiempo, como lo suponía Cortázar, o por mucho tiempo más, y aunque las nuevas narrativas toman fuerza, el secreto para la continuidad del libro es más fácil del que imaginamos: Su fácil acceso(En muchos lugares quizás no se consigan los mejores libros, pero siempre se conseguirá un libro) 


El consumismo estará allí siempre, lo queramos o no, pero nosotros podremos asumirlo de mejor forma por medio de la educación; de lo contrario los libros, no solo en papel, desaparecerán como medio educativo para la inmensa minoría que aun lucha por su existencia.

domingo, 2 de agosto de 2009

Tercera entrada del Desnudo: Escribir me gusta y me jode (Parte I)

Así como lo dice el título. Escribir me gusta, me pone contento, carajo. Por eso escribo en este blog a cuatro manos (y en el propio, que tengo abandonado desde hace un año), en blocs de papel periódico, en cuadernos reciclados, en varias partes. Es algo que de alguna forma me da placer, pues cuando escribo puedo revolcar, manosear y jugar con las palabras y sus voces, de la forma que me de la auténtica gana, sin importar que allá afuera existan millares de personas con pensamientos y acciones similares a las mías.

Pero escribir también me jode: cada vez que me siento en alguna parte con la intención de coser párrafos de cualquier cosa, siento mucha ansiedad; me invaden angustias mínimas pero constantes; me sudan las manos y la frente. Y fuera de eso, casi siempre tengo ideas de muchos temas hirviendo en la cabeza, que se evaporan casi de inmediato cuando quiero materializarlas. Esa ausencia de temas, sumado a todos los síntomas ya dolorosamente descritos, me agobia casi todo el tiempo, y apenas si soporto todo esto. Tal vez en el fondo sí me importe el posible hecho de que allá afuera existan millares de personas con angustias y ansiedades similares a las mías cuando se acometen a la escritura.

Son unos malditos... y tal vez me esté quejando yo en demasía, no sé.

Sin embargo…

Las ambigüedades, contrariedades, angustias y demás chucherías de mi persona, pueden ser un buen tema de escritura. ¡Es un posible Eureka! ¡El advenimiento de un tema gordo y nutrido, como si se tratara de un durazno medievalmente grande, para sacarle todo su jugo! Además quejarse no es malo, y mucho menos si es una fuente de temas. Por eso digo que me gusta escribir. Así sean tonterías circulares. Vamos, que para eso estoy aceptando el hecho de que también me jode, que cada cosa que llega se lleva algo a cambio. Como su fuera una obtusa alquimia... Diablos, ya estoy agitando reflexiones, mejor me voy.
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