sábado, 23 de enero de 2010

Autodiálogo entre el sopor (¿Parte I?)

- Tengo la impresión de que estoy logrando superar poco a poco los bloqueos téxticos frente a la pantalla del PC, que me espera siempre con indiferencia cada vez que intento sacar alguna cosa de mi cabeza para ponerla aquí. Ahora bien, pensando un poco en la dificultosa actividad de escribir en un artefacto tan multifuncional y tan frío (y tan caliente a la vez: sólo basta poner la mano en la fuente de poder de un computador para darnos cuenta del calor doloroso que genera), que me provee de muchas distracciones, me llena de muchos peros y me saca mucha energía, pienso que la lucha habría sido menos dura si, en vez de luchar contra el monitor con el procesador de texto en blanco, hubiera volcado mis esfuerzos en dominar de nuevo el papel periódico de mis blocks de notas, en los que usualmente me he sentido cómodo al escribir, dejando el computador para las transcripciones y correcciones antes de la publicación en el blog.

- Es una muy buena observación, a mi parecer. Sin embargo, debo preguntarle, aun si a usted esto pueda incomodarle: ¿Por qué no lo hizo en su momento? ¿Qué pasó en la brecha existente entre el pensamiento y el movimiento, de la que dependen precisamente los fallos de muchas decisiones y muchas acciones en este mundo, su mundo en este caso? ¿Quería acaso evitar los facilismos, imponerse un reto poco práctico y potencialmente frustrante? ¿No lo tuvo en consideración sino hasta cuando fue un poco tarde, es decir, cuando logró, con ímpetu pero con muchos tropiezos, un cierto avance al momento de escribir, avance que no es de todos modos muy grande, en el equipo multitarea, mal necesario y único puente por ahora para usted hacia la atarraya, que empero le hacía difícil concentrarse en sus escritos porque produce en usted una paradójica aridez para las tareas y el ocio constructivo, ofreciéndole por otro lado una esquizofrénica fuentería de datos y entretenimiento descarado, basado, en el peor de los casos, en la búsqueda incesante y casi que pervertida de juegos mata-zombies y en la edición de artículos inútiles de la Wikipedia?

- Es posible que sea una combinación de todo eso. No se, pienso que los estímulos que me causaban distracción actuaban como dentro de un sistema autosostenible, en el que podían anticipar mis rutinas de escritura y ofrecer sin demora alternativas de fácil absorción y rápida asimilación, que imagino yo me volverían adicto a buscar más distracciones... vamos, que de pronto son como una droga...

- ¿"De pronto" dice? Se atreve a dudar de que esa sea la principal razón de su bloqueo y su indisciplina? ¿Se ha vuelto usted tan descarado como lo que consume?

-
Bueno bueno, digamos que sí, que la analogía que acabo de hacer se ajusta muy bien al problema que describí en un principio. Pero mencioné también que ya estoy superando ese espinoso obstáculo, que ya estoy percibiendo avances, lentos pero satisfacedores. Y ahora que lo pienso, podría volver al block de notas que tengo en formato físico, pues así podría soltarme más de lo que ya me he soltado. Y ahora que también lo pienso, ¿Quién es usted para subrayar mis fallas y mis debilidades con tanta saña? Es más, y es una pregunta que debía hacerla desde un principio, ¿Quién es usted?

- Que usted pregunte eso es algo que me asombra. Debería ya saberlo.

- Uhmmm... ahora el asombrado soy yo. Veo que no ha entendido mi pregunta.

- ¿Cómo debería yo comprenderla entonces?

- Pues de una forma similar a la que usted pretende que yo entienda, no veo de otra. Usted a mí no me engaña: con esa forma de hablar tan acartonada y caótica sólo logra alimentar mi indisposición hacia esta charla...

- Sepa usted que usted a mí tampoco me engaña, ni lo ha logrado antes ni lo conseguirá ahora. ¿O es que cree que solo yo me expreso con obsequioso léxico? No crea que no he notado que nuestros estilos de expresión son similares, que tendemos a usar neologismos o a inventar palabras, que ambos solemos adornar nuestras frases con sutileza pero también con cierto dejo de ironía, aun si no sabemos a ciencia cierta si logramos los efectos que deseamos? ¿Cree que no lo he notado, de verdad lo cree?

-
Mire: de todo esto solo creo que el control de este evento se nos ha escapado de las manos. Mire no más como nos hemos desviado del tema.

- Cómo nos hemos desviado de usted y su ego, querrá decir.

- ¡Eso está fuera de contexto! Me está insinuando que usted piensa que todo este embrollo es solo un intento mío de hacerme ver como el escritorzuelo insulso y ególatra, con ínfulas de personaje reflexivo? ¿Piensa que anestesié mi humildad al momento de tratar de comprender mis comportamientos y decisiones, y que con mis problemas esenciales me percibo como un ente superior a usted y a sus deducciones insultantes?

- Conste que yo no lo dije, no hay necesidad ya...

- Pero si sólo trato de...

- ¿Cómo dice?

- Pues... de defenderme...

- No se esfuerce mucho en defenderse ante ataques imaginados, ya ve lo contraproducente que es... mejor nos organizamos y miramos qué queremos exactamente y cómo es que llegamos a generarnos un problema...

-
Está bien, es lo más sensato que he podido sentir de todo esto. Pero debe saber que yo no soy egocéntrico, ni ególatrista, ni egoico, ni egosexy, ni cualquier maluqueada con el prefijo ego-, ¿Entiende?

- Sí, como sea... (hehehe,
egosexy...)

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