lunes, 22 de febrero de 2010

Libros libres y libros de otros

Hace algún tiempo, he venido mirando con preocupación la forma tan desorganizada y más bien intuitiva con la que me he acercado a los libros ¡pero si es que tengo muchos títulos en mi biblioteca esperando ser leídos! Y algunos otros que ni siquiera he destapado. Sin embargo cada vez que salgo a encontrarme con mis amigos o a la tertulia, de la cual quizás después hablare, regreso por lo menos con un libro que por extraño que parezca, la mayoría de las veces, devoro sin piedad. Si, en cambio los que tengo en mi casa no se dejan leer, o yo no me dejo atrapar, y cuando los inicio termino siendo infiel a todos. Cada día me dan ganas de leer algo diferente y cumplo mis anhelos sin pensarlo dos veces, he tenido ocasiones donde sobre mi mesa de noche, que son cojines, logro contar hasta más de siete títulos. ¡Caramba! Que desorganizado soy con mis prioridades de lectura.

Un amigo me dijo que así era mejor, que los libros propios deben estar allí en los instantes hasta una temporada de invierno donde todo propicie a la lectura, eso sería muy delicioso y romántico (en el sentido literario) pero aquí que invierno ni que carajos. Por ahora me contento con saber que estoy leyendo, quizás el azar de la vida ponga enfrente de ti lo que necesitas comprender o quizás; simplemente me apasiona leer lo que no puedo tener, vaya uno a saber que videos inconscientes o descarados rodean mis pulsiones.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario

Nos gusta que prueben algo de nuestros frutos sin más, pero nos gusta más cuando nos hacen saber si los temas están jugosos, si hay muchas pepas entre ideas, si el sabor de su lectura es bueno o si están biches o muy maduros; Así que adelante, deja tu semilla, tu esputo, tu abono o tu espalda para recostarte, lo agradeceremos y sabremos darle su buen uso.