viernes, 11 de junio de 2010

De vuelta a los cafes

Hace mas de cinco años que no venia aun sitio como estos, a no ser que fuera en situación de trabajo y con mucho afán. Ahora que regreso, con todo el tiempo y tranquilidad del mundo, siento una extraña sensación casi ritual. Dirigirse a la encargada, expresar el tiempo deseado, ser instalado en uno de los cubículos o en uno de los equipos, e iniciar con los segundos en contra la visita a la red. Si, hablo de los cafés internet. En sitios como estos empecé, hace mas de diez años, mis fogueos con la tecnología que por ese entonces no era tan popular y mucho menos asequible para la mayoría de los colombianos. Hoy regreso, a pesar de tener internet y computador en la casa, buscando buena velocidad para hacer algunas descargas. Sin embargo, lo único que he encontrado es un ataque de nostalgia que me ha llevado a escribir esta entrada. La velocidad, que creí que debían tener hoy en día los cafés internet para poder hacer frente a la competencia, y por supuesto con el gran furor de los créditos y descuentos que se ofrecen para adquirir el internet y computador en el hogar, solo existen dentro de mi imaginario.

Llevo exactamente 16 minutos y treinta segundos, 31, 32, 33…, lo veo en el contador que me ponen en una de las ventanas del equipo, y ya he podido ver el movimiento del lugar en un día como el domingo. En este sitio hay 6 computadores disponibles y todos están ocupados (acaba de salir un enorme señor calvo y de bigote rubio), ha quedado un computador libre. He podido encontrar en este sitio muchos vecinos, los cuales nunca imagine frente a un computador, supongo que vendrán a revisar sus correos cada dos meses y, de paso a husmear en las paginas de ligar, como el señor de al lado, tiene un bigote negro, piel pálida, también es calvo, lleva con orgullo una guayabera rosada, por lo que me atrevo a decir que es un costeño.

La descarga va en 5%, la nostalgia al 200%, y el tiempo se me acaba, 28 minutos y 7, 8,9 segundos, mejor me voy a mi casa, que los cafés sigan siendo para mi cosa del pasado.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario

Nos gusta que prueben algo de nuestros frutos sin más, pero nos gusta más cuando nos hacen saber si los temas están jugosos, si hay muchas pepas entre ideas, si el sabor de su lectura es bueno o si están biches o muy maduros; Así que adelante, deja tu semilla, tu esputo, tu abono o tu espalda para recostarte, lo agradeceremos y sabremos darle su buen uso.