Argentina, conocido a nivel mundial por el tango y la excelente calidad de ganado que se da en las fértiles tierras de las pampas es mi casa en la actualidad. Pero a pesar de los asados a que asisto y que muchas personas me hablan de su deliciosa carne, yo, en “secreto” sigo comiendo y preparando mayoritariamente pollo. Y es que el sabor, el olor y la impresión que me produce un plato de pollo bien preparado es superior a cualquier asado o preparación de carne de res que por estos lados abunda. Sopa de pollo desmechado, pechuga a la plancha, pollo en salsa de champiñones y hasta solo; lo como con un gusto que pocas cosas me producen.
Cuando voy con algunos amigos a una parrilla y el mesero nos pregunta ¿Cómo quieren la carne?
Yo respondo, ¡yo como pollo!
Uhmmm... ¡Sólo le falta poner al final la marca del pollo que compra y queda lista la cuña comercial! Hehehehe... Aunque sí, se lo reconozco, el pollo es el pollo, si yo me volviera vegetariano eso sería lo más jodido de dejar... Ole, no avisó de la entrada ¿No?
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