jueves, 14 de marzo de 2013

Diciembre de 2011


Sigo aquí, en el hotel, ya sin las presiones de la facultad, y sin embargo nada fluye de Mí. Muchas veces he escuchado que la escritura deviene de una obsesión; que la literatura esta hecha de obsesiones. En la poesía se habla de temas que han dado vueltas y vueltas en la cabeza y en el alma de los poetas, y que sin más remedio son exorcizados por la salmodia de la palabra. En los cuentos ocurre lo mismo, una idea que no logra dejarte en paz, y en la novela, en la novela yo no sé; supongo que lo mismo. 

Pero a mí no me obsesiona nada, ningún tema queda taladrando mi cabeza y mucho menos me lleva siquiera a vislumbrar mi alma. El olvido es tan tajante en mí que todo, por más que en su momento me haya causado un fuerte sacudón espiritual, se desliza y se pierde en lo más recóndito de mi memoria; todo fluye en mí como un gran río de lava. 

Entonces, ¿podré ser escritor? Quizás no, pero ya estoy aquí, así que voy a intentarlo, ya he puesto en juego demasiadas cosas como para no intentarlo.

Resulte o no haré de esto mi destino inmediato, intentaré contar historias, remover mi cabeza, estrujar mi corazón. y si después… no ocurre nada, entonces empezaré de nuevo. Pero por ahora, como dice Bukowski, no queda más que darle duro a estas teclas, exprimirlas, a ver si surge la sangre de algún lado.

2 comentarios:

  1. Podría escribir entonces sobre su falta de obsesión sobre las cosas, ¿No?
    ¡Qué bueno que retomaron el blog y con un nuevo fruto!
    ¡Un abrazo!

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  2. Si, viejo es una buena opción, lo he pensado, aunque aún no lo logro porque no me obsesiona escribir sobre eso, xd. Abrazo.

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Nos gusta que prueben algo de nuestros frutos sin más, pero nos gusta más cuando nos hacen saber si los temas están jugosos, si hay muchas pepas entre ideas, si el sabor de su lectura es bueno o si están biches o muy maduros; Así que adelante, deja tu semilla, tu esputo, tu abono o tu espalda para recostarte, lo agradeceremos y sabremos darle su buen uso.