lunes, 22 de abril de 2013

22 de Abril de 2013


Durante las últimas semanas he intentado terminar algún escrito, pero no he tenido suerte. Si bien, creo, nunca he tenido un cuento listo y presentable, ahora la complicación es mayor, pues ni siquiera puedo llegar a lo que sería un final o cierre al menos temporal. Empiezo a escribir con entusiasmo y después de tres o cuatro páginas me canso, me aburro y decido dejar el cierre para otro momento donde vuelta a sentir el impulso que me llevó a escribir, pero ese impulso nunca regresa. 

Cuando me vuelvo a sentar lo hago con otra idea y con otra historia en la cabeza y cuando me doy cuenta tengo escritas tres o cuatros historias que no termino de cerrar y en las que no deseo ocupar mi tiempo; como si el placer lo encontrara en contar pedazos de historias que no van a ninguna parte. Sé que esto no es nuevo en mí, que ya me ocurría antes, pero llevaba unos meses en donde escribía y también disfrutaba de la corrección, de intentar darle forma y belleza a los textos.
Pero de nuevo la nube negra ha caído sobre mi balcón y me absorbe la energía, me come las ganas de corregir y a veces hasta de escribir. Por lo menos sigo apegado a la lectura y confío plenamente en que esta me llevará, más tarde que temprano, de vuelta a los caminos ocultos de la escritura.

1 comentario:

  1. De los retazos se han construido grandes libros, escribe tus ideas y verás que encontraras el cierre perfecto en el momento que sea el indicado; tal vez ahora sólo puedas encontrar inicios y nudos... en otra ocasión encontrarás el desenlace, como el pintor cuando realiza su último trazo.
    La lectura es buena consejera...

    ResponderBorrar

Nos gusta que prueben algo de nuestros frutos sin más, pero nos gusta más cuando nos hacen saber si los temas están jugosos, si hay muchas pepas entre ideas, si el sabor de su lectura es bueno o si están biches o muy maduros; Así que adelante, deja tu semilla, tu esputo, tu abono o tu espalda para recostarte, lo agradeceremos y sabremos darle su buen uso.