lunes, 24 de febrero de 2014

Kitchen



Me alegra no haber conocido a Banana Yoshimoto por medio de su primera novela, o nouvelle, Kitchen. Esta obra es la más nombrada de la autora y a mi parecer la menos entretenida. Por supuesto que tiene su magia, que ya permite ver algunos vestigios de la literatura de esta escritora japonesa. Pero a mí me parecer está aún verde, y es normal, es su primera novela. Creo que lo que se evidencia en Kitchen es una excesiva atención en la aventura física del personaje que hace que se siga obsesivamente una ruta lineal que termina por descuidar los elementos y personajes mágicos que la novela fue creando.
No digo que la novela sea mala, porque no lo es, de hecho disfruté mucho de su lectura, más allá de que me encontré con algunos elementos que no sé, si por descuido de la autora, o por problemas de la traducción lograban sacarme de la historia narrada por Mikage.
La novela empieza bastante bien, quizás demasiado bien y eso es lo que termina afectando el texto, que no logra mantener la promesa de gran libro de su inicio: “Creo que la cocina es el lugar del mundo que más me gusta. En la cocina, no importa de quién ni como sea, o en cualquier sitio donde se haga comida, no sufro. Si es posible, prefiero que sea funcional y que esté muy usada. Con los trapos secos y limpios y los azulejos blancos y brillantes”. 


Mientras escribo esto se me ocurre que quizás una de las cosas que más me molesta es el título, porque promete una aventura ligada a la cocina como espacio mucho más profundo de lo que termina siendo. Por supuesto que la autora no se olvida de la importancia de la cocina en el relato, y que lo usa lo más que puede dentro de su obra, pero pocas de sus escenas logran sostener esa relación espiritual que hay en la primera parte del libro con la cocina. La impresión que me queda a mí, es que la escritora se enamoró de ese primera página que escribió y no quiso modificarla al final, pese a haber escrito una novela, que como es normal en literatura, fluctuó hacia otros lados.
Cuando digo al principio que me alegra no haber conocido a Banana con esta novela, lo hago con alivio y con mucho respeto, Banana Yoshimoto es mi escritora fetiche, leo todo lo que encuentro de ella. Realmente me gusta habitar sus mundos, conocer a sus personajes. Y creo que todo esto no hubiese pasado si mi primer contacto hubiese sido Kitchen. El libro, que está “dividido” de forma extraña, presenta tres partes, Kitchen propiamente dicho y Luna llena que corresponden a la historia de  Mikage Sakurai. Por otro lado, cuando parece que vamos a leer la última parte de la novela aparece un tercer subtitulo llamado MoonLight Shadow que para mi sorpresa mayor corresponde a un cuento aparte, sin relación aparente con Kitchen. Si, sin un final tan claro, Kitchen se acabó y empezó esta otra historia, por cierto, la más hermosa del libro. 
En esta Satsuki se ve enfrentada a la perdida de su novio Hitoshi. Durante esta fantástica historia nos vemos acompañados no solo de unos personajes hermosamente logrados como en Kitchen sino de una trama y un manejo del ambiente perfecto , lo que le da al cuento una altura, profundidad y a mi gusto, religiosidad que te atrapan de forma maravillosa y que no consigue Kitchen.
No sé porque aparece este cuento allí, como un sobrante, al final. Pero hay que agradecerlo porque es un cuento hermoso que poco tiene que ver con las cocinas, pero si mucho con la muerte y sus ecos, al igual que Kitchen.