sábado, 2 de enero de 2010

Una primera impresión sobre Avatar

La última película de James Cameron se encuentra actualmente en nuestros cines, y a pesar de que presenta algunos elementos que desde mi óptica se pudieron trabajar más, realmente es de obligatoriedad acercarse a un cinema y disfrutarla. La película muestra a la raza humana ampliando, como siempre, sus dominios y su poder. En esta película se hace evidente la actualidad de la ciencia, en servicio del poder y los avances militares.

Aparentemente conquistado y repartido el planeta tierra la Raza humana sale en busca de colonizar nuevos lugares. En esta búsqueda encuentran uno que posee una rica reserva de un mineral extraordinario(cualquier parecido...), por el cual nuestra raza está dispuesta a llegar a sus últimas consecuencias. Para lograr internarse en este planeta los seres humanos crean unos avatar que son controlados por científicos desde capsulas a kilómetros de distancia. Pero alguien logra infiltrarse dentro del proyecto científico…

Aunque la película está plagada de personajes y escenas cliches, Pandora, el mundo de los Na”vi no deja de impresionarnos. Aspectos como sus modos de comunicación y sus ecosistemas son de una extraordinaria belleza poética. Eso si debo decir que los Na’vi se me parecen, tanto en apariencia como en algunas de sus prácticas a los Massai Africanos. Además su relación con el planeta y el respeto que este les inspira nos recuerda lo que olvidamos hacer con la Tierra y nos traerá terribles consecuencias futuras. En el film de Cameron esto se ve reflejado de manera simbólica por medio de los sistemas de comunicación utilizados por los Na”vi para hablar con todos los seres vivos de su planeta, la cabellera de esta raza es una red que tiene compatibilidad con todos los demás seres tanto animales como vegetales de Pandora. En ese intercambio no solo se siente la conexión de los alienígenas con su planeta sino que se logra intercambios de información con los ancestros fallecidos pero que siguen existiendo en la cima de arboles sagrados. Todo esto nos recuerda la forma que tiene nuestro cerebro de transmitir información entre sus neuronas (sinapsis).

Las disputas entre fuerzas militares y científicas de nuestra raza, la destrucción de los sistemas vivos del planeta, un amor que trasciende las barreras de la raza, un elegido caído del cielo, los avances científicos capaces de generar control mental sobre un ser reflejado en otro espacio-tiempo y una lucha desesperada por la supervivencia son algunos de los elementos que reúne Avatar, película revelación que logra que por un par de horas nos pongamos, como el protagonista, en contra de nuestra propia raza, que captemos la fealdad en que nos hemos convertido al atacar a nuestra naturaleza, creadora de la raza. En esto radica (su valiosa critica junto a un mágico mundo) desde mi punto de vista lo más valioso de la cinta, y aunque por desgracia terminada la película volvemos en sí y olvidamos su valiosa enseñanza, Avatar es sin lugar a dudas una muestra de lo que este año que paso nos deja: buenas obras de arte. En fin a verla y a crearnos nuestra propia percepción.

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