Me alegra no haber conocido a Banana Yoshimoto por medio de
su primera novela, o nouvelle, Kitchen. Esta obra es la más nombrada de la
autora y a mi parecer la menos entretenida. Por supuesto que tiene su magia,
que ya permite ver algunos vestigios de la literatura de esta escritora
japonesa. Pero a mí me parecer está aún verde, y es normal, es su primera
novela. Creo que lo que se evidencia en Kitchen es una excesiva atención en la
aventura física del personaje que hace que se siga obsesivamente una ruta
lineal que termina por descuidar los elementos y personajes mágicos que la
novela fue creando.
No digo que la novela sea mala, porque no lo es, de hecho
disfruté mucho de su lectura, más allá de que me encontré con algunos elementos
que no sé, si por descuido de la autora, o por problemas de la traducción
lograban sacarme de la historia narrada por Mikage.
La novela empieza bastante bien, quizás demasiado bien y eso
es lo que termina afectando el texto, que no logra mantener la promesa de gran
libro de su inicio: “Creo que la cocina
es el lugar del mundo que más me gusta. En la cocina, no importa de quién ni
como sea, o en cualquier sitio donde se haga comida, no sufro. Si es posible,
prefiero que sea funcional y que esté muy usada. Con los trapos secos y limpios
y los azulejos blancos y brillantes”.
Mientras escribo esto se me ocurre que quizás una de las
cosas que más me molesta es el título, porque promete una aventura ligada a la
cocina como espacio mucho más profundo de lo que termina siendo. Por supuesto
que la autora no se olvida de la importancia de la cocina en el relato, y que
lo usa lo más que puede dentro de su obra, pero pocas de sus escenas logran
sostener esa relación espiritual que hay en la primera parte del libro con la
cocina. La impresión que me queda a mí, es que la escritora se enamoró de ese
primera página que escribió y no quiso modificarla al final, pese a haber
escrito una novela, que como es normal en literatura, fluctuó hacia otros lados.
Cuando digo al principio que me alegra no haber conocido a
Banana con esta novela, lo hago con alivio y con mucho respeto, Banana
Yoshimoto es mi escritora fetiche, leo todo lo que encuentro de ella. Realmente
me gusta habitar sus mundos, conocer a sus personajes. Y creo que todo esto no
hubiese pasado si mi primer contacto hubiese sido Kitchen. El libro, que está “dividido”
de forma extraña, presenta tres partes, Kitchen propiamente dicho y Luna llena
que corresponden a la historia de Mikage
Sakurai. Por otro lado, cuando parece que vamos a leer la última parte de la
novela aparece un tercer subtitulo llamado MoonLight Shadow que para mi
sorpresa mayor corresponde a un cuento aparte, sin relación aparente con
Kitchen. Si, sin un final tan claro, Kitchen se acabó y empezó esta otra
historia, por cierto, la más hermosa del libro.
En esta Satsuki se ve enfrentada a la perdida de su
novio Hitoshi. Durante esta fantástica historia nos vemos acompañados no solo
de unos personajes hermosamente logrados como en Kitchen sino de una trama y un
manejo del ambiente perfecto , lo que le da al cuento una altura, profundidad y
a mi gusto, religiosidad que te atrapan de forma maravillosa y que no consigue
Kitchen.
No sé porque aparece este cuento allí, como un sobrante, al
final. Pero hay que agradecerlo porque es un cuento hermoso que poco tiene que
ver con las cocinas, pero si mucho con la muerte y sus ecos, al igual
que Kitchen.