lunes, 15 de febrero de 2010

Sobre el misterio de la bufanda


Creo que a estas alturas no tengo más opción que confesar lo que ha ocurrido. A pesar de que le he dado vueltas y vueltas al asunto, buscando y rebuscando en diferentes lugares todos los esfuerzos han sido nulos. Si, lo confesare: la negra, hermosa y querida bufanda que un amigo me regalo con el mayor de los gustos en su momento se me ha extraviado. Y es que recuerdo el último día que la vi, la puse dentro de mi mochila y emprendí la aventura hacia alguna de las calles de la ciudad, ahora mismo no recuerdo mi rumbo.


Pero quizás ese día la traje a casa y la bote otro, ¿Cómo saberlo? Difícil, entre locura y locura que corre por mi vida no puedo recordar donde la habré dejado o donde la perdí; es mas no sé si junto con la bufanda perdí alguna cosa más. Si, es que con mi cabeza es difícil saberlo, Quizás el tiempo lo dirá, o mejor seamos realistas, lo más probable es que nunca lo sepa.


Jumm, esto de la escritura realmente es un elemento de orden mental muy impresionante mientras escribo esto se me ha venido un recuerdo a la cabeza, quizás se la preste a un amigo en una noche fría y lúgubre como pocas aquí en Ibagué. Ahora es cuestión de preguntarle, salir de la duda.


Aunque quizás sea un recuerdo falso, o mejor incompleto, de esos que construyes con partes de eventos de tu vida a los cuales la memoria o el tiempo les han borrado una parte y tú necesitas completar para poder vivir con relativa tranquilidad. En fin ya no se que mas escribir creo que estoy siendo víctima de los juegos de la memoria, que vaina, dejar que las cosas sigan fluyendo, a lo mejor todo lo que se me viene a la cabeza sea tan solo un poco de verdad y mucho de ficción o viceversa, mejor no escribiré mas.

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