Los sábados, antes de que
saliera sol ya estaba despierto, era un día especial para mí, en unas horas
iría al centro comercial La quinta y alquilaría un juego de Super nintendo.
Hacía casi un año que lo venía haciendo salvo contadas excepciones. Me
levantaba muy temprano, me quedaba con los ojos clavados en el techo hasta que
salía el sol, bajaba, me bañaba y me tragaba el desayuno literalmente. A las
ocho en punto pasaba barrero por mi casa y cruzábamos la calle para tomar la
buseta número ocho que iba por toda la avenida quinta donde quedaba el centro
comercial.
La mayoría de las veces éramos
los primeros en llegar, nos hacíamos delante de la puerta y esperábamos a que
llegaran los dueños, algunas veces había algunos niños liderando la fila, pero
por lo general nosotros éramos los primeros. He olvidado el nombre del local,
ha pasado mucho tiempo desde aquello, lo que si recuerdo es que el local era de
dos pisos, con unas escaleras metálicas que pasaban por encima de la cabeza de
los dueños (que eran dos) que estaban detrás de un enorme mostrador negro, atrás
de ellos una enorme repisa donde estaban exhibidos los juegos de Super Nintendo,
nuestro tesoro.
No recuerdo cuanto pagábamos en
esa época, cinco mil u ocho mil pesos, lo cierto es que podíamos alquilar los
juegos después de una subscripción en compañía de nuestros padres (Así que me
imagino que la primera vez fuimos con nuestros padres o con los de alguno de
los dos) y llevárnoslos a casa por todo el fin de semana. Después de
alquilarlos rara vez nos veíamos los fines de semana, llegábamos del centro
comercial a la casa de Barrero, probábamos los juegos de ambos e intercambiamos
opiniones, luego me marchaba a mi casa a jugar todo lo que pudiera. El objetivo
de ambos era intentar rescatarnos los juegos durante el fin de semana, de lo
contrario tocaba volver a alquilar el mismo juego el siguiente sábado, cosa que
no quería ninguno de los dos. Cuando teníamos dudas sobre algún juego o algo
que decirnos nos llamábamos por teléfono y luego seguíamos con nuestro juego.
Fueron buenos momentos los que
disfrutamos de la simpleza de los 16 Bits y del placer y dificultad de tener un
juego original en nuestras manos. Nunca voy a tenerle más cariño a otros juegos
que no sean los que rescaté por aquellos años: Zombies ate my neightbors. Top
Gear, Donkey Kong, Mario World y muchos más. Ya no hay forma de volver atrás ahora
tenemos consolas con grandes juegos que parecen películas y yo no me he quedado
atrás, tengo consolas de última generación con más de cincuenta juegos piratas
que compro en los San Andresitos y sin embargo cuanto más los juego más recuerdo
aquella época en que tenía un solo juego y me tocaba subir al centro comercial
en compañía de Barrero para tener así fuera por unos pocos días esos
maravillosos juegos.
Infiltrado Táctico : Gloria eterna a Top Gear que nos enseño a Jugar con Caja Manual.
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