jueves, 25 de julio de 2013

Aaron Ramsey



Aaron Ramsey nunca fue santo de mi devoción. Se suponía que él era un volante ofensivo pero se la pasaba tomando malas decisiones, sucumbía a la presión de la defensa rival y era lento. Además, siempre se mandaba alguna torpeza que dejaba al equipo mal parado. Sin embargo Wenger insistía en ponerlo, por encima de jugadores que yo consideraba mejores —o al menos con mejor criterio— como Arshavin o Rosicky. El equipo se volvió ineficaz y empezó a caerse de las copas. Lo que más nos alteraba a los hinchas era que Wenger insistiera con él, como si fuera su favorito. Lo ponía en cualquier posición, casi que sin criterio, siempre de titular. Nadie entendía esto, salvo por la atenuante de que volvía de una larga inactividad por esta fractura:


Pero a mí eso no me convencía. Ni a mí ni a muchos hinchas. Llegué a pensar que Wenger solo lo ponía por lástima, o por terquedad, para probar que su capacidad para descubrir talentos estaba intacta. Yo escribía cosas así:

Lo que sí recuerdo es que lo que Ramsey hizo en el minuto 21 (se pegó una dormida monumental y se dejó robar la pelota del lateral izquierdo rival) hizo que puteara como nunca en la vida lo había hecho. Después hizo un pase mal tras otro. No puede ser que un individuo así juegue en Arsenal; es inadmisible. Gervinho entra en otra discusión. Es un carroloco pero al menos tiene virtudes (velocidad y gambeta loca); en cambio, lo de ese muchacho Ramsey realmente da pena y frustración. Cada vez soporto menos a esa boñiga con patas.

Incluso yo, en mi ineptitud para jugar fútbol, me comparaba con Ramsey. En esa época jugaba fútbol todos los viernes y rendía como él, como un pollo sin cabeza, torpe e improductivo.

Llegó la segunda ronda de la Champions League, contra el Bayern Múnich, que ganó sin mucho problema el primer partido en Emirates. Mientras tanto, en la liga, estábamos en una pelea difícil y de largo aliento por el cuarto puesto, el último que daba paso a la Champions League del otro año. Por motivos económicos (más que deportivos, parece), no clasificar es una catástrofe para Arsenal, de manera que ese cuarto puesto se había vuelto como un trofeo. Arsenal estaba muy quedado a esa altura de la temporada y Tottenham y Chelsea tenían todo a su favor para quedarse con esos puestos. En eso llegó el partido de vuelta contra los alemanes y Arsenal, que solo se atreve a jugar bien cuando ve todo perdido, estuvo al borde de remontar, impulsado por el espíritu de la casi remontada de la temporada anterior contra el Milan. Se le ganó al Bayern allá en Alemania dos a cero. Si bien esto no alcanzó, los jugadores se dieron cuenta allí de que sí podían, de que tenían fuerzas para remontar lo que fuera, y entonces se convencieron de que con un objetivo claro podían alcanzar cualquier propósito. Empezó una racha importante de partidos: el tramo final de la Premier League, ya bajados de todos los otros torneos.

No sé si ese punto fue culminante para el redescubrimiento de Ramsey, pero sí sé que en esa racha él se erigió como uno de los jugadores más consistentes y de más entrega en el equipo. Wenger lo puso a jugar mano a mano con Arteta en el medio, más atrás de lo que venía jugando antes, gracias sobre todo a que las otras alternativas para eso, Wilshere y Diaby, estaban lesionados.

Ahí destellaron las virtudes de Ramsey, las mismas que antes estaban opacadas: su capacidad de correr por toda la cancha los noventa minutos y su visión de juego. Allá atrás, sin tanta presión, sus pases cortos, que en el ataque eran tímidos y estúpidos, se volvieron eficaces. Su juego conservador adquirió una funcionalidad importante y empezó a jugar con más panorama para tomar decisiones. También creo que es muy importante que el tipo que esté al lado sea una garantía de experiencia y de talento: Wilshere se nutrió de Fabregas, y esta vez Ramsey evidentemente aprovechó a Arteta.

Con esa tranquilidad Ramsey recobró la confianza que tenía perdida desde la fractura. Como una historia que solo puede provenir de Arsenal, Ramsey se redimió:



Terminó la última temporada en un gran nivel y ya no lo cago tanto a reproches, aunque considero que las tareas que cumple dentro de la cancha lo superponen con otros jugadores, como el mismo Arteta y Wilshere, y esos dos por ahora son superiores a él. No sé si podría decirse que Wenger se salió con la suya. Me da la impresión de que entre tanta improvisación finalmente le encontró la vuelta de casualidad. Lo que me parece significativo es que la historia de este jugador tiene la marca propia del Arsenal de los últimos años: buen toque y talento, amenazados por una tragedia, que después se controla con espíritu combativo y sacrificio. Eso es el equipo y en ese sentido se podría decir que el tipo representa bien sus valores.

Curiosamente, yo también me estaba redimiendo en mis partidos de fútbol. Estaba empezando a agarrarle el ritmo a la cuestión y mejoraba, pero una lesión —ajena— me sacó definitivamente del equipo. No volví a jugar desde entonces. Algo parecido a Ramsey, pero sin redención.

P.D.: No veo videos solo por hincha: me gusta mucho la combinación de fútbol con música. Acá hay más de Ramsey con música que me gustó:


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