domingo, 4 de octubre de 2009

Pensamientos conexos e inconexos sobre una entrega de con-fabulación

Sin reponerme del todo del fuerte golpe ocasionado por el propio pueblo Colombiano a sus intereses en las consultas del oscuro 27 de septiembre pasado, decidí buscar un poco de cultura en el último número del siempre interesante periódico virtual Con-fabulación. Su primera entrada, llamada la dictadura de la democracia, era una dura crítica al pueblo Colombiano sobre su poca capacidad para percibir sus errores cometidos en el pasado y su ingenuidad para seguir haciéndolos en el futuro, entendí que no podía callar mi opinión sobre el tema y decidí escribirla. Un pueblo manchado por la corrupción las injusticias y las venias del gobierno a golpes contra sus propios ciudadanos es santificado y acompañado por el vulgo hasta las últimas inconsecuencias.

Los resultados obtenidos en las consultas internas dejan claramente un absoluto ganador y un definitivo perdedor. Por un lado, el gran ganador de las pobres votaciones fue el gobierno y su chequito de “nobles” que sepultaron cualquier posibilidad de que la democracia se haga presente en un pueblo manchado de sangre por las guerrillas, por los ciudadanos y por el mismo gobierno. El gran perdedor, el pueblo que cegado por su ignorancia y poca capacidad de ver más allá de los ladrillos y mercados destinó más de lo mismo por lo menos durante los próximos ocho años.

Mientras los grandes emporios nacionales debaten que candidato será el que apoyaran (a pesar de que todos los partidos defienden el “mismo” plan de gobierno pero no quien será cabeza), el pueblo incentivado por los medios de comunicación manipulados por las elites, critica y desprestigia a artistas como la cubana Tania Bruguera que con su performance expuesto en la Universidad Nacional en donde rotó líneas de cocaína por el auditorio; puso frente al país la realidad que escuchamos a diario en las noticias, pero que cuando se trata de tener en las narices todos ignoramos. Con su "arte de conducta", la cubana Bruguera prueba que la legalización dejaría en manos de cada quien la responsabilidad de consumir o no, como ocurre con el alcohol, que es un elixir tan peligroso como la cocaína, el cigarrillo, los autos de lujo y otras drogas legalizadas por las multinacionales. Escribe Eduardo García Aguilar en su artículo de Con-fabulación.

Esperaremos las decisiones de unos pocos, que acatarán muchos y nos afectarán a todos.

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