domingo, 24 de marzo de 2013

Ejército del Silencio


El siguiente texto fue escrito en un aparato que creé hace ya un buen tiempo llamado El Jardín Zen de las Palabras. creo que ya he mencionado lo del Jardín antes, pero nunca lo expliqué. lamento decir que por ahora tampoco lo voy a hacer. No tengo mucho tiempo, y a algo como a mi Jardín quiero dedicarle un buen espacio aquí. Sin embargo releí hace poco un texto que había aislado de aquel aparato con el que quería trabajar con más detalle, y es el que a continuación comparto. Es apenas un esbozo... bueno, casi todo lo que publico aquí es un esbozo, o digamos que un borrador, que subo al blog porque quiero decir cosas sin mucha edición, por vanidad de ver mis palabras publicadas en un espacio que nadie lee, o quizá porque sí, por algo que no se definir ahora; digamos que puede o no ser un error o un gesto irresponsable, pero de todos modos siempre está la posibilidad de retomar un texto y hacer de él muchas otras cosas más concretas, más trabajadas. Con esa idea en mente es que creé el Jardín... pero eso lo explicaré luego. Si alguien quiere hacer comentarios sobre el siguiente texto o sobre la idea que en ella reside, que no se aguante las ganas o que no se deje dominar por la pereza: el gesto será bien agradecido.

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17/12/2012 

Tomado de http://media.dcentertainment.com/sites/default/files/book-covers/8911_400x600.jpg


Hace días comencé a leer un cómic muy interesante llamado DMZ, que trata acerca de un hipotético (aunque muy posible) escenario de guerra civil gringa en pleno siglo XXI. No me voy a explayar contando de qué mas trata (si apenas mencioné de que trataba es solo para que me sirva como refrescador en un futuro). Llegados a un punto, los creadores dedicaron un par de números a una masacre ocurrida en esa ficción, a la que llamaron día 204. Durante ese día 198 manifestantes pacíficos fueron asesinados a bala por un grupo de soldados bastante estresados, en circunstancias caóticas. Es uno de los temas delicados de la DMZ, y uno de los que más llamó mi atención. Hay algunos trazos de lo que sucedió, pero no queda muy claro quiénes eran esos manifestantes pacíficos, ni por qué portaban todos capas blancas cubriendo sus cabezas ni anteojos oscuros, ni por qué marchaban todos juntos, en total silencio. El caso es que la idea me impresionó, y me hizo pensar en la posibilidad de que en la vida real se intentara algo parecido. Se me vino a la mente la idea de formar un ejército al que llamaría Ejército del Silencio (EDS), grupo desarmado cuyo propósito sería apoyar a las manifestaciones en contra de injusticias y a favor de cambios positivos para la gente. Comencé a divagar mentalmente sobre esta idea. Imaginé grupos de personas marchando al unísono, pero calmadamente, todos vestidos de blanco, en completo silencio, sin más ruido que el de la marcha, sin palabras ni pancartas, o solo una en la que manifestemos nuestro apoyo a la causa presente. El silencio puede ser algo incómodo, algo inquietante, algo molesto, algo necesario, puede ser muchas cosas. El silencio otorga también. otorga a quien se encuentra en él la capacidad de pensar sobre muchas cosas, activar la mente y ponerla a trabajar. 

En fin… que es algo que quisiera hacer en un futuro… a pesar de que mi inspiración vino de grupo ficticio al que masacraban precisamente por marchar y asustar a un montón de soldados con armas, en medio de la lluvia y el cansancio. Quizá en la vida real un EDS pueda ser confundido con un grupo terrorista o algo así, y sea detenido por la policía en mas de una ocasión. Son detalles que habría que tener en cuenta. A pesar de ello pienso que es algo necesario en toda manifestación, que haya un grupo de personas dispuestas a dedicar más que un minuto de silencio por las personas que perecieron por causas justas, que incomode a la gente a través del elemento al que más le huyen y al que intentan tapar con el ruido de la emisora, el televisor y demás aparatejos. Ejército del Silencio. Un ejército que puede comenzar con un individuo en silencio, acompañando las marchas, buscando con su callar ser algún agente de cambio. Sin violencia, sin agresión, sin hostilidad, quizá tan solo buscando generar incomodidad, pero no por que sí, sino por hacer que quien se incomode luego piense y pueda ponerse en una posición en la que más adelante cuestione sus ideas y se plantee otras cosas, y pueda ver qué está bien y qué está mal en su proceder. Es algo que quiero hacer, y que espero tampoco echar en saco roto o más bien saco cerrado, como muchas otras cosas mías…  

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