lunes, 4 de marzo de 2013

Masitas para el té


El título… no quiero explicar el título, por el momento es suficiente con que lo entiendan quienes lo tengan que entender. Es como una broma privada, o no tanto así, pero sí algo que está velado para los que no tienen mi contexto a la mano (sin embargo, si alguien quiere preguntar, que lo haga, que luego yo le explico... o quizá lo haga después, sin que me lo pida nadie). Solo digamos que el título es una forma de darme a entender que a veces meter las patas en el agua y luego el resto del cuerpo, y mojarse un rato con la ropa puesta, y agarrar un resfríado, y andar mal unos días y luego mejorar, y volverlo a hacer, y luego sentirse como un pelotudo pero solo por un momento… ahhh, sí, la escribí, nunca pensé que lo haría, pero usé esa palabra, esa que tanto había preferido evitar en mis escritos, solo por el hecho de que no es mía, de que no la siento mía… es como que no tengo permiso para usarla o quiero pensar que no tengo permiso para usarla, pero como me creo la farsa de la prohibición la uso, para demostrarme que no siempre tengo que ceder y puedo salirme cuando quiera de los cueros, sí, o al menos usar palabras que en mi hablar son escasas y con las que no me siento cómodo pero que de vez en cuando quiero usar. 

Pelotudo… pelotudo… no me gusta que me digan así. Creo que a nadie. Pero admito que me parece, a ratos, una palabra chistosa. Sobre todo si se dice con una buena entonación, con un buen acento. A Luca Prodan se le escuchaba con toda la gracia del mundo. A otros también, pero en este momento solo recuerdo a Luca diciendo: “tienen que votar a un pelotudo” como respuesta a algo que le preguntaron (y de lo que no voy a hablar aquí, que más bien quien quiera que escuche por acá)... Lo que me hace gracia es esa forma de pronunciarlo, esa imperceptible pausa que pone antes de pronunciar la P, la fuerza mínima pero necesaria que le imprime a la primera sílaba, en fin… una palabrota bien pronunciada que me saca una sonrisa de pelotudo, ja ja ja*. es que sí, sonrío como pelotudo, no como bobo, no como tonto, como pelotudo, cada vez que oigo a alguien pronunciar esa palabra con propiedad, con entusiasmo, con desparpajo pero consciente del significado que le está dando en su momento… quizás porque puedo leer cosas en ese momento de quien las dice, sobre sus intenciones, no se, sobre algo que está al ladito… en fin, basta de eso, que igual esa palabra sigue siendo ajena y prefiero que lo sea… así me sigo riendo cada vez que escuche un buen uso de ella…

Me duele una pierna. Cuando hace frío, comienza el dolor, y tengo que frotarla para hacerla entrar en calor, aunque no siempre la molestia se me quita haciendo eso, o más bien sí se me pasa pero no siempre se me pasa pronto… es algo molesto, pero es algo con lo que tengo que vivir, y a la larga es algo más o menos tolerable… No se si lo que me pasa en la pierna (que suele ser la izquierda aunque recuerdo un par de raras ocasiones de molestias con la derecha) lo haya mencionado antes. Tal vez sí lo haya escrito, solo que en mi diario. Tengo un diario, aunque es injusto llamarle así, ya que no lo uso todos los días. ¿O sí se puede? En fin, que ese diario es algo que tengo para mí, pero del que a veces saco cosas para este espacio. Cuando tengo algo que me llama la atención, lo saco, lo baño, lo acicalo y lo meto acá. Sería bueno volver a esa costumbre. Necesito más masitas para el té. al menos en la vida real me gustan mucho.

Ah, una última cosa: a propósito de esto del diario, creo que no he mencionado que hace ya un buen tiempo me inventé una cosa llamada Jardín Zen de las Palabras. Luego escribo sobre eso. No lo debo olvidar, por eso lo hago público. Quizá así lo recuerde con más facilidad… es algo bueno de quedar expuesto: es más difícil esconderse, hacerse el loco… bueno, será en otro momento. Pero será.

*mención aparte merece la forma en la que Prodan dice: ”son unos hijos de puta”. Esa también es muy buena…

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